Capítulo 4

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No sabía que le molestaba más, si el hecho de prometerse no pensar más, o que definitivamente no lo estaba logrando. Necesitaba distraerse a toda costa, pero hiciera lo que hiciera no podía, de algún modo u otro sus pensamientos terminaban transportándola a aquel reencuentro tan... fatídico para su propia estabilidad.

Había pasado poco más de una semana desde aquel entonces y no había hora en la que no lo recordara, sin importar qué estuviera haciendo o donde se encontrara, definitivamente que él regresara solo había sido para peor, al menos para ella. Por lo demás, todos lucían demasiado emocionados y alegres, incluso Jan Di, quien no dejó de repetir lo feliz que se sentía de ver a F4 reunidos nuevamente. Podía entenderla, claro que podía, pero simplemente prefería encogerse de hombros mientras fingía que aquello no era de su interés, que Yi Jung y su abrupto regreso no significaban nada para ella. Estaba en el pasado, como tantas veces lo repitió años atrás mientras intentaba convencerse a sí misma que un corazón roto no podría ser tan terrible, que una primera mala ilusión no afectaría en absolutamente nada, que pese a todo, encontraría a alguien y que ya tendría tiempo para preocuparse por ello, actualmente, su único enfoque era su trabajo y una que otra salida ocasional con sus ex compañeros.

Ga Eul no quería cambiar sus prioridades, le había tomado demasiado tiempo enfrentar que su enamoramiento por Yi Jung había sido algo que dejaría de doler con el tiempo, y que aunque todavía lo recordaba como el sentimiento más fuerte que haya sentido hasta entonces, solo quedaría en eso, en algo que jamás fue y que, por su propio bien, ya no sería. No le daría la oportunidad de jugar así con sus sentimientos de nuevo, no le entregaría su corazón otra vez porque aquello solo significaría dolor, nuevas heridas que no querría descubrir, no quería ser valiente otra vez, no de esa manera. 

Y aunque sonara tan convencida de sí misma, ¿Por qué de todos modos continuaba pensando en él? Es que no podía ser normal pensarlo tanto, ¿Qué tenía de especial además de haberse vuelto increíblemente guapo! ¡Nada! Realmente nada...

—Voy a volverme loca —Refunfuñó mientras se rendía y dejaba de dar vueltas sobre la cama. No había modo ni manera de que retomara sus horas de sueño, de cualquier forma su alarma estaba pronta a desatar aquel ruido infernal que tanto detestaba, pero que era tan necesario a la vez. 

Salió de la cama finalmente tirando su cabello hacia atrás mientras se dirigía hacia el baño. Tomaría una ducha y desayunaría rápidamente para irse al trabajo, prefería ir con más tiempo para poder caminar con más libertad y no tener que correr, o tomar un autobús, el transporte público siempre era una de sus últimas opciones a la hora de ir a trabajar. Para su suerte, su jornada era hasta pasado el medio día, luego del almuerzo podría irse a casa. O tal vez daría vueltas por ahí, durante los últimos días lo único que hacía al tener demasiado tiempo libre era pensar, pensar y pensar.

Luego de la ducha optó por un desayuno ligero mientras daba vueltas por su departamento. Debía mantenerse centrada y ser profesional, no podría descuidar su trabajo por lo que sea que fuesen sus asuntos personales, y por lo demás, no eran tan importante como para arruinar aquel empleo que tanto tiempo llevaba cuidando.

Con el cabello húmedo y una bufanda alrededor de su cuello rogó por no enfermarse gracias a la fría brisa mañanera, colgando su fiel bolso en uno de sus hombros le dio un último vistazo al interior de su hogar antes de cerrar la puerta y que esta quedara automáticamente asegurada.

Comenzó su recorrido mañanero con una sonrisa que intentaba convencer al mundo de que todo estaba bien, mientras que es su interior comenzaba a formarse una pequeña tormenta que sería muy difícil de detener en el futuro.

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The story continues [Yi Jeong y Ga Eul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora