- Lo siento mucho Evan... - Tragué saliva - Perdoname por haberte juzgado sin saber tu verdadera historia - Lo abracé, seguido me correspondió, tenía razón él también era una pobre victima de esta puta sociedad.
- No importa Linn, tú no sabías, no te sientas culpable, no me gusta que después me tengan lástima, me miren con pena - Suspiró, rompí el abrazo, entendía sus palabras, siempre sucede que luego de decir la verdad respecto a algo tengan lástima de ti.
- Creo que debemos irnos, no es buena idea quedarnos aquí, puede entrar alguien - Agregué levantandome, este me imitó, nos miramos nuevamente en la oscuridad unos segundos, sentí unos suaves labios en mi mejilla izquierda, seguido este abrió la puerta, no se encontraba nadie por los pasillos, salimos con cautela.
- ¿Dónde es tu habitación? - Preguntó este, sus ojos marrones me miraban punzantes, miré hacia el lado izquierdo del pasillo.
- Allí, casi al final, doblando - Contesté - ¿Dónde es la tuya? - Pregunté ahora yo.
- Vamos, te acompañaré - Dijo evadiendo mi pregunta, comenzó a caminar, lo imité un poco extrañada, ¿Por qué no iba a decirme? ¿Tramaba algo? ¿O ocultaba algo? Decidí dejar de pensar en cosas que inventaba mi mente sin sentido en estos momentos.
- Aquí es - Mencioné ya en la puerta, iba a girar del picaporte pero este me detuvo, volteé a verlo.
- Prométeme que te cuidarás, mañana te trasladarán a otra habitación en la que ya no estarás conectada a nada, pero ese lugar no está aquí, este es un edificio con distintos pisos para diferentes motivos, salas de internación, enfermería, psiquiátrico, patio de comidas, y otros más, a ti te mandarán al de rehabilitación, yo estoy allí, así que nos veremos seguido.
- Lo prometo, gracias por... por tu presencia, por ayudarme a entender un poco más todo esto que es súper raro para mí - Agradecí, este me dio una sonrisa de lado, besó mi frente despidiéndose, sonreí leve ante tal acto, adentrándome a la habitación este se retiró a dónde sabe quién.
...
Desperté, estaba sentada en una silla de ruedas, tres médicos me rodeaban, uno tomó mi parpado izquierdo levantándolo hacia arriba, con una pequeña linterna iluminó mi pupila haciendo que de reflejo intentase cerrar el ojo pero fue imposible, imitó el acto con el ojo siguiente, finalizó.
- Todo está en orden, es sólo que los antibióticos están haciendo su efecto junto con los somníferos, lo que provoca pequeños desmayos en lo que va del día, es normal, además su cuerpo está débil, no ha comido en casi 24 hs, sólo tiene el suero inyectado para que no se deshidrate - Mencionó el doctor muy correcto, una enfermera sacó su pequeña pizarra para anotar los procedimientos, seguido comenzaron a trasladarme a un ascensor, estaba dopada, no entendía muy bien la situación, veía borroso.
Me llevaron a una habitación, en esta sólo había una cama y una pequeña ventana enrejada muy bien que digamos, para que no quisiese escapar, estaba pintada de blanco, el piso era de una fría cerámica gris, la luz era tenue. Me subieron a la cama acostándome, el doctor volvió a revisarme con su linterna, me dieron unos medicamentos y seguido se retiraron de la habitación dejándome sola, otra vez. Decidí luego de un rato largo, levantarme a observar por la ventana, me asomé, lo que se veía eran otros edificios a lo lejos, un pastizal bastante grande, alambrados enormes que en su punta tenían pinches, seguido varias luces o mejor dicho reflectores por así decirlo, algunos guardias vigilaban, era de día aún, el cielo estaba un poco nublado y parecía que estaba fresco. Esto era como una cárcel.
Cayó la noche en Inglaterra, algunas estrellas eran notorias, observé por la ventana, los reflectores rondaban con su luz el gran campo, que parecía de esos de concentración, un escalofrío se apoderó de mi cuerpo. Me alejé de esta, caminé por la habitación merodeando, sin nada que hacer, estaba cansándome de esto, era una jodida mierda, quería irme de aquí, quería volver con mis amigos, quería drogarme. Unos golpes en mi puerta me sorprendieron, volteé a ver aquella, me senté en la cama dando la espalda a la puerta, mis pies quedaban flotando ya que yo no era muy alta que digamos, los golpes volvieron a escucharse, rodeé los ojos, el picaporte se giró, sentí los pasos adentrándose a la habitación, la pieza de madera volvió a cerrarse, giré leve mi cabeza para observar de quién se trataba, unos segundos después, una sonrisa traviesa se apoderó de mí rostro al ver lo causante.
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Lo que sea, pero contigo ~ Evan Peters (PAUSADA TEMPORALMENTE)
Fiksi PenggemarUna palabra que la describe, Drogadicta. Esta es la historia de Linette Tarasevic, una chica de 21 años, encerrada en el mundo de las drogas desde la adolescencia. Sin encontrar la salida, es enviada a un internado especialista en estos casos, ademá...