capitulo 3: ¿Yo no estaba muerta?

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Narra Hee Sook:
Bueno en resumen lo que pasó ese día fue que me pase y terminé teniendo relaciones sexuales con ese chico me parecía lindo pero era un total desconocido, que tal si era un asesino serial o un narcotraficante, se lo conté a  mi  amiga y ella solo me dijo que lo olvidará era solo una aventura de una noche y milagrosamente me fui olvidándo con el paso del tiempo.

Paso un tiempo y el  mes pasado había cumplido mis 16 años y eso me alegraba pero en general solo eran días tranquilos y aburridos.
Me encontraba sentada en mi cama.
Cuando se me ocurrió la idea de salir a tomar  aire fresco en el parque pero mi padre me habló y me dijo que ese día llegarían mis abuelos maternos y después me dio un sermón de como debería compararme y vestirme, en conclusión me dijo que debería parecer esa niña tierna y adorable que solía ser, y el porque no lo sabía tal vez era porque yo le avergonzaba o algo más no tenía ni la más mínima idea, bueno le hice caso y compre ropa de colores pasteles y unas lindas zapatillas, las odiaba no quería usar eso pero no podía hacer nada aparte de obedecerle a mi padre
Narrador:
Era aproximadamente las 7:00 PM y  una pareja de esposos estaban esperando a su nieta y a la esposo de su difunta hija. Cuando llegaron se saludaron y toda parecía ir bien la chica se presento formal y dulcemente claro fingiendo ya que ella no era para nada así.
El tiempo pasó volando y la reunión termino pronto, Hee Sook y su padre regresaron a la casa y ella le reclamo de porque hacía eso, ella lo ofendió con palabras e inculpo de no haber estado con ella cuando el  se lo  prometió.
Ella salió corriendo de su casa y agarró el  auto de su padre y salió conduciendo a toda velocidad.
Narra Hee Sook:
–Afortunadamente las clases de conducción que me dio en secreto el hermano de mi amiga sirvieron de algo–dijo para si misma mientras conducía con rapidez.
Narrador:
Su padre intentó detenerla, pero no funcionó cuando se percató era demasiado tarde ella ya se estaba llendo.
Hee Sook iba demasiado rápido y encima una molesta, en eso un hombre aparentemente borracho se chico con ella ocasionado un accidente.
La gente aterrorizada llamo a una ambulancia y está de llevó a los herido al hospital, el hombre casi ni heridas tenía la que estaba muy grave era Hee Sook.
Cuando le avisaron  así papá de Hee Sook el fue inmediatamente al hospital donde estaba su hija.
Narra Hee Sook:
Estaba muy adolorida y cansada, podía ver a mi padre llorar en frente de mi cama, quería hablarle y decirle cuanto me arrepiento de lo que le dije en la casa una hora antes.
–P-papá–fue lo que alcance a decir, el me miró con tristeza y Condición en sus ojos.–Si mi niña aquí estoy–me contesto con ternura–Te q-quiero mucho papá y espero que me perdones por decirte esas cosas tan malas, porfavor si muero no te pongas triste y reas tu vida con alguien que te merezca y valore y te pido que si muero m-me entierren al lado de la tumba de mi m-madre–le dije con una mirada de tristeza, alo que el me respondió con una de confucion–Mi hermosa hija tú no vas a morir, no lo permitire–me dijo con la voz quebrada y con pocas esperanzas.
Te quiero mucho pa-pá–fue lo último que dije antes de morir y caer en un sueño, solo pude escuchar a mi papá rogar porque me salvarán y después me encontraba en un lugar de completa oscuridad para luego caer como una cometa del cielo, cuando de pronto cai en un lago y el agua estaba helada, estaba por congelar me metafóricamente, cuando salí del agua mire a mi alrededor y habían muchos personas mirándome pero las personas que llamaron mi atención fueron  dos, uno era un hombre de cabellos rubios y ojos zafiros cual joyas y el otro estaba a su lado era un chico con cabello rojo y ojos de color gris y al parecer ellos tampoco dejaban de mirarme, acaso tenía un mono en la cara o que les pasa.
Después de unos minutos escuche al hombre rubio decir un nombre pero más lo decía para el que para el resto, me llamó Diana, donde había oído ese nombre... Pensé
Ya me acordé Diana se llamaba la madre de Athanasia de el manga princesa encantadora y entonces ese hombre rubio debía ser Claude.
–Diana...–volvio a llamar el rubio de nombre Claude–Perdón pero yo no soy esa tal Diana –dije más como para mi misma que como para el resto, y al parecer nadie me escuchó ya que todo seguían en sus lugares , como estatuas.
Pero no se suponía de yo estaba muerta....

Princesa Encantadora: Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora