Capitulo 7: Escape a la ciudad y encuentro con el emperador

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Narra “Diana"
Me encontraba caminando junto a Lily, en dirección hacia el jardín del palacio Rubí, en el camino conversamos de cosas triviales, pasaron unos dos minutos y llegamos al jardín, no era tan hermoso como el jardín que vi ayer pero también tenía sus encantos.
–Lady Diana porfavor espere aquí sentada ya está por llegar la princesa Athanasia–me dijo Lily, señalando la silla justo enfrente de mi–claro Lily–no pasaría mucho para que una niña pequeña de aproximadamente unos 4 a 5 años estuviera veniendo hacia mi, de la mano de una sirvienta.
–Lily–dijo la pequeña niña con una sonrisa adorable en su rostro, tenía el cabello rubio y los ojos de color zafiros enjoyados iguales a los de ese emperador.
–Princesa Athanasia, hoy he venido con una invitada muy especial–dijo Lily con una mirada de total alegría–Y como se llama, Lily?–pregunto Athanasia–Princesa ella se llama Diana–dijo Lily esperando la respuesta de Athanasia

Narra Athanasia:
Me encontraba llendo hacia el jardín del rubí, para tomar el té con Lily y una nueva invitada, por fuera parecía un niña dulce y adorable de 4 años pero la realidad era que ya estuve aquí, lo que quiero decir es que en mi vida pasada fui asesinada por mi propio padre al los 18 años, después de eso desperté en una habitación del rubí, había regresado en el tiempo y ahora era de nuevo una bebé, fui creciendo y ganándome el cariño de todas las sirvientas en el palacio Rubí.
Cuando escuche el nombre de la persona que estaba enfrente de mi me congelé de la sorpresa, se llama Diana, en ese momento lo supe era Diana, mi madre la persona que murió por mí, si ella está aquí no me importa lo que piense el emperador. Sin pensarlo dos veces corrí hacia ella y la abrazé como si mi vida dependiera de ello.
Narra “Diana"
Cuando Lily me presento pensé que Athanasia no iba a reconocerme ya que ella jamás me vió, pero al parecer estaba equivocada, ella corrió hacia mí y me abrazó muy fuerte.
–Mamá–decía Athanasia mientras sugetaba mi ropa con fuerza–Si, aquí estoy–le dije para luego alzar la y sentarla en la silla en frente mío, después de eso estuvimos tomando el té con Lily y conversando sobre cualquier cosa.
–Bueno, Lily creo que ya deberíamos regresar es tarde y Athanasia debe dormir temprano–Lily acepto y se llevó a Athanasia a su cuarto, para que descanse, yo por otro lado hice lo mismo.
Estaba pensando en qué pasaría después, pobre Athanasia una niña tan linda como ella sufrió por culpa de ese grosero y estúpido emperador, el será dueño y regente de obelia pero no es dueño de mi vida, yo protegeré a esa pobre niña porque aunque no es mi hija yo tambien perdí a mi madre cuando era pequeña y no conté con el apoyo de mi padre, pero en mi caso llegó un tiempo en el que ya no me importó tener la atención de mi padre, debo admitir que fui una mala persona en mi vida anterior, y me arrepiento de no haber pasado tiempo con mis seres queridos.
Por fin sentí sueño y me acosté en la cama para proceder a cerrar mis ojos.
Al día siguiente, desperté por los rayos del sol entrando por mi ventana, me senté en la cama para estirarme, en eso llega Lily y me enseña una muda de ropa, era un vestido, se veía elegante y a la vez sencillo como a la verdadera Diana le hubiera gustado

(Algo así es es el vestido que le dió)–Eh, Lily para que me das este vestido–le dije a Lily con una mirada de confucción–Lo que pasa mi Lady es que ayer por la noche llovió y toda la ropa que habían tendido las mucamas se ensucio y tuvimos que lav...

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(Algo así es es el vestido que le dió)
–Eh, Lily para que me das este vestido–le dije a Lily con una mirada de confucción–Lo que pasa mi Lady es que ayer por la noche llovió y toda la ropa que habían tendido las mucamas se ensucio y tuvimos que lavar la ropa de nuevo, espero que no se moleste Lady Diana–me respondió Lily con sinceridad–no pasa nada Lily es solo ropa además el vestido que me has traído se ve cómodo y es bonito–dije fingiendo estar bien, no era que no quisiera ese vestido pero rogaba a Dios que no llevará corset o iba a terminar sin órganos.
Después de bañarme y cambiarme me senté en la cama y miré hacia la ventana, como sería la ciudad de obelia, sería como me estoy imaginando o más linda o tal vez más fea, no creo que sea peor que el tráfico de la ciudad.
Después de pensarlo mucho me decidí por escapar de nuevo, tenía conmigo unas joyas que vendería para sacar dinero, y estaba usando una capa negra que me cubría hasta arriba de los tobillos. Salí despacio de la habitación saltando por el balcón, me dolió la caída pero no tanto como antes, vigile que no haiga guardias y como siempre no habían nadie, salí sin miedo a hacer descubierta y me encamine directo a la ciudad.
Cuando llegue la ciudad estaba llena de gente comprando, comiendo y algunas personas bailando era igual a como me lo imagine, después de cambiar las joyas por dinero me fuí hacia los puestos de comida, compre comida y luego me dirijí hacia el expectaculo que hacían las personas bailando en la calle, en eso una señora me dice que si quiero salir a bailar, no quería pero no tuve otra opción que hacerlo. Ay estaba yo bailando con toda esa gente que aunque no los conocía eran muy buenos conmigo, después de unas horas de ver la función en el teatro me dirigía a comprar algunas accesorios para el cabello, para dárselo a Lily y Athanasia.
–Señor cuanto cuesta ese–dije señalando los lindos accesorios que estaban en frente mío, después de comprar me dirigía al palacio Rubí para poder descansar y entregar los regalos que había comprado, mientras cruzaba los demás palacios me encontre con nada más y nada menos que con Claude no sabía que era el hasta que le vi el rostro
–Majestad el emperador, un gusto volver a verlo–le dije burlando me dé el–ahora con su permiso me retiro–estaba por irme pero Claude me jala del brazo–Y ahora que quiere, no lo comprendo realmente–le dije con tono de molestía–no me hables así, acompáñame a mi oficina–dijo Claude con un tono frío en su voz–Y si no quiero que, porfavor ya déjeme en paz nesecito volver Lily y mi hija deben estar preocupadas–le respondí en un tono desafiante a Claude, estaba a punto de volver a hablar pero Claude me llevo jalando del brazo hasta su oficina–Podría decirme que nesecita, y para que me trajo aquí–Quiero hablar contigo, así que escucha.

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