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Con la yema de sus dedos acarició la suave piel de tez blanca, como si de un pétalo de rosa se tratase, tan delicado y frágil. NamJoon se preguntaba sobre qué estaría soñando su príncipe, se le veía con él ceño fruncido y la boca echa una mueca.

Soltó un quejido poniendo alerta al  Alfa, viendo las pequeñas lágrimas brotar por los ojos ajenos las cuales quito son su dedo pulgar.

Hace no mucho SeokJin había caído en un gran sueño en el viaje, NamJoon al darse cuenta detuvo el andar del caballo pues sabía que también el animal buscaba un descanso. Sabía que no debían hacer tantas paradas pues sus amigos corrían peligro, sin embargo una parte de él, tal vez intuición, sentía que TaeHyung y JungKook estaban a salvo. Aquellos dos menores eran muy inteligentes.

Sacó un pequeña sonrisa torcida recordando que dejaron atrás a gran parte de su grupo sin dar explicación o algún aviso.

Volvió su mirada hasta el rostro hermoso del Omega que ahora sus rasgos faciales se habían vuelto más tranquilos, NamJoon se percató que la mano de SeokJin tomaba la suya con firmeza, haciéndole sonrojar de inmediato.

La luz de la Luna poco a poco iba abandonando el cielo oscuro para así darle paso a un bello amanecer donde pronto saldría el gran sol brillante que alumbraría su camino.

Tenían que darse prisa.

—Jinie-ah...—Susurró revolviendo el sedoso cabello negro del chico con ternura.— Es hora de despertar, mi bello príncipe durmiente.

El Omega abrió los ojos con lentitud su vista enfocó una travieza cabellera naranja hasta terminar en el rostro de su amigo, ahí frente a él estaba su Alfa con una sonrisa de hoyuelos y sus pequeños ojos formando una tierna luna.

—¿Cuánto tiempo dormí?.— Cuestionó reincorporandose, tallando sus ojos con pereza.

—No mucho, pero pronto está por amanecer tenemos que darnos prisa.

El niño mayor asintió levantándose del lugar donde estaba tambaleándose un poco gracias a la acción que tomó con rapidez, NamJoon le agarro por la cintura no dejando que cayera.

SeokJin miró por el rabillo de su ojo el rostro de NamJoon el cual estaba demasiado cerca del suyo para ser verdad. Sonrió pues la mejillas del menor se calentaron de inmediato.

—Gracias.— Dijo una vez que fue soltado por un torpe y sonrojado Alfa.

Caminaron hasta el caballo que yacía comiendo del pasto verde y bien cuidado, el animal movió su cola cuando visualizó al príncipe.

—¿Descansaste bien ?.— Sonrió SeokJin mirando con ternura al gran caballo blanco acariciando y besando delicadamente la nariz de este.

NamJoon desearía ser ese caballo.

El camino no fue tan difícil como pensaban mientras el pelinaranja guiaba al caballo, el Omega miraba con sorpresa el bosque y los pequeños  pastizales por donde pasaban para acortar camino.

SeokJin por primera vez se sintió libre, el aire pegando en su rostro desordenando las hebras negras a su gusto, con ánimo soltó la cintura de NamJoon y abrió los brazos.

A su alrededor ya no habían árboles, estos fueron reemplazados por una gran masa de pasto verde y tierra cubierto por flores de un amarillo chillón. Para SeokJin era lo mas bello que había visto hasta ahora y eso le hacía latir su corazón con euforia.

Con gran entusiasmo soltó un grito de júbilo asustando un poco al Alfa que al darse cuenta comenzó a reír junto a su principito que le acompañó al unísono. Frente a ellos comenzó a verse el nacimiento de un arrollo, NamJoon miró de reojo la reacción del mayor acertando a la primera, en efecto, Kim SeokJin estaba contento.

//Mi Caballero y Yo//[NamJin Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora