//Mi Caballero y Yo//[NamJin Omegaverse]

11

El Sol comenzó a salir alumbrando el indicado camino, SeokJin se encontraba en silencio durante todo el recorrido cosa que NamJoon no pasó desapercibido. Llevaban días caminando y pareciera que no tendría fin su destino, los niños ya cansados de comer solo frutos del bosque, estresados por el frío y aveces calor del lugar rogaron al Elfo que hicieran una parada.

-Tengo muchísima sed.- Puchereó nuevamente el príncipe de cabello rubio.

-Si sigues así juro por Odín que te voy arrancar esa lengua que tienes.- Gruñó con advertencia YoonGi que yacía acariciando el puente de su nariz con frustración.

HoSeok vio la oportunidad de acercarse al mayor de todos, pues este siempre andaba acompañado de su escudero que no dejaba ni un segundo solo al principito. Pero al ver que los dos niños de baja estatura comenzaron hacer su espectáculo por....la verdad ya había perdido la cuenta, NamJoon como siempre trataba de calmarlos.

-¿Estas bien?.- SeokJin volteó a él asustado, como si hubiera visto un fantasma.- Oh, lo siento no quería asustarte.

El aroma del Omega olió; aquella con una mezcla de preocupación y tristeza pero también pudo oler miedo. El azabache soltó un suspiro llevando su mano a su rostro, HoSeok observó como pequeñas lagrimas eran quitadas de sus ojos actuando como si nada hubiera pasado.

-Sí

-Se que todo esto es sorprendente, no es fácil digerir algo así.-Comenzó a decir el chico sentándose a un lado del Omega.- Esas Nixes te dijeron algo y lo sé, tu expresión en el estanque lo dijo todo. 

-Y-Yo, no sabía que...

-Te dije que te daría respuestas a tus preguntas.- Le Interrumpió Jung con una sonrisa. Kim le dedico una igual.

- Quiero saber quien soy en realidad.

-Todo empezó...

El viento recorrer por su rostro jugando con sus cabellos largos mientras que sus manos trataban de atrapar las mariposas del prado, estaba bastante lejos de su hogar pero a la chica de mayor edad eso no le importó.

"No salgas del bosque, no te acerques a los humanos."

Le decían las palabras de sus padres una y otra vez, sin importar aquellas reglas se aventuró. Con delicadeza admiro las flores a su alrededor, corrió, dio muchas vueltas y jugó como jamás lo había echo. Su hermana menor por solo un año menor nunca quiso estar con ella.

La alegría recorrió en ella hasta que el sonido de su risa ya no fue quien le acompañaba, un chico de su edad aproximadamente le miro sorprendido desde el piso, pues sus orejas puntiagudas y su vestimenta decían mucho de quien era aquella Omega. Sin nombrar al Alfa de bella apariencia, este portaba una corona de oro en su negra cabellera, con finas y especiales ropas.

Fue ahí donde ambos sintieron una gran conexión, esa atracción por lo desconocido y lo prohibido.

"Son peligrosos, debes de tener cuidado cada que te encuentres con uno de ellos"

Se repetían con gracia las palabras de sus padres, pues se dieron cuentas que estaban destinados a estar juntos aun cuando sus mundos no los aceptaba. Viéndose a escondidas en su sitio especial cada día del año, hasta aquel día donde la Omega quedo en cinta esperando con ansias su lindo bebé. Pero al parecer una parte del destino les hizo una mala jugada, de una manera u otra, el anuncio de la llegada de un bebé hizo que ambos mundos se levantaran en contra de ellos.

La guerra comenzó, causando la muerte de muchas personas hasta que el contrato de paz  se hizo dando así una nueva oportunidad a los seres mortales e inmortales dejando al Alfa y Omega al mando de estos. Dando la gema rojiza de gran poder a la Elfo.