Capítulo 5

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Sol, mucho sol. Un precioso día en el que corría una brisa fina que lo hacía más perfecto y agradable para hacer las tareas. Miroku se acercó hasta Inuyasha, quien colgaba ropa de una cuerda, con una sonrisa y le enseñó la cantidad de fruta que había recogido esa mañana, con un ligero rubor en las mejillas, y tomó una bien redonda y se la ofreció.

Miro:Prueba, son deliciosas.

Inuyasha volteó suavemente hacia Miroku y frunció el ceño; pero no sintió tensión alguna, sencillamente estaba demasiado... tranquilo en ese sitio. Con calma estiró una mano para tomar la fruta y probarla.

Inu:Están sabrosas. (Mijo a Miroku y levantó la mirada hacia el sitio. Estaba demasiado tranquilo)

Miro:Recién cogidas están mejor.

Inu:Espero que regresen pronto de la caza y traigan algo enorme, ¿te ayudo mientras?

Miro:Este es mi deber...

Murmuró el chico y volvió a fruncir el ceño, bajando la mirada a la ropa, era... de... ¿bebe? Inuyasha jadeó y retrocedió, con las manos temblorosas se tocó el rostro. No era real. Volvió a mirar el sitio viendo lo perfecto que resultaba. Tan soleado y hermoso. Jamás lo había visto así. Intentando verlo todo con más claridad, el sonido parecido al de unos caballos interrumpió sus pensamientos: habían vuelto de cacería. Se detuvieron cerca del centro de la aldea, varias personas los rodearon y Sesshoumaru junto a Koga descendieron de los caballos, para enseñarles lo que habían capturado.

Sesho:Esta noche tendremos un buen festín.

Dijo a su gente, y especialmente volvió la cabeza para sonreír hacia Inuyasha. Solo a él. Inu jadeó al recibir esa sonrisa y sintió que el rostro se le calentaba por el rubor que le había inundado las mejillas. Se acercó a Sesshoumaru y se detuvo a unos pasos, esperando. El hombre se acercó y lo tomó en sus brazos, besándolo de lleno. Inuyasha parpadeó sorprendido.

Inu:¿Sesshomaru? (le miró confundido. El hombre frunció el ceño y le tocó con las grandes manos el rostro)

Sesho:¿Estás bien? (preguntó preocupado, besándolo de nuevo) Estás algo pálido.

Inu:¿Cuántos años han pasado? (preguntó Inuyasha, comenzando a comprender un poco las cosas)

Sesho:¿De qué estás hablando? (Sesshoumaru parecía no entender) ¿Seguro estás bien?

Inu:Lo estoy.

El chico se apartó y comenzó a mirar con mayor detenimiento el lugar. -No es posible que decidiera quedarme. Planeaba escapar. No pude cambiar de opinión. De pronto, las campanas sonaron.

Koga:¡¡Nos atacan!!

Inuyasha vio la manera en que la gente huyó aterrorizada del centro de la aldea hacia las casas, sin entender nada y fue arrastrado por esa mano fuerte que agarró la suya, llevándolo através de una de las casas, seguidos de Koga y Miroku. Al llegar al interior de una de ellas, Sesshoumaru levantó una puerta que había en el suelo, la cual estaba tan bien camuflada que nadie diría que hubiera una allí, y empujaron al interior a Inuyasha junto con Miroku.

Sesho:No te muevas de aquí, voy por el niño.

Ordenó Sesshoumaru, apretándole la mano con esa mirada significativa, antes de soltarla y bajar aquella puerta, ocultándolos. Inuyasha se mojó los labios y se llevó las manos al pecho. Dolía.

Inu:Tengo que verlo (susurró; llamando la atención del asustado Miroku) Debo verlo. (Se incorporó y salió del sitio)

Miro:¡Inuyasha, no! ¡Afuera solo lograrás distraerlos!

(Finalizada) No Siempre el Futuro Que Deseas Es El Que ObtienesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora