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Podía verse una pequeña edificación de estilo japonés. La estructura debía medir aproximadamente 6 metros cuadrados, se trataba de un pequeño recinto con 4 pasillos que formaban una especie de perímetro y en el centro podía verse un jardín que estaba formado por el césped un par de cerezos japoneses junto con algunos arbustos amarillos. Pero sin duda alguna el rasgo más llamativo del jardín era el pequeño estanque que en sus aguas podían verse a varios peces nadando libremente.
Frente al lago podía verse a Sasuke sentado en posición de loto mientras meditaba con sus ojos cerrados. El ambiente del lugar era bastante relajante, la energía que emanaba podía sentirse como si los rayos del sol tocaron suavemente con la piel, el aire que llegaba era bastante moderado y el aroma de cerezas era bastante fascinante para cualquiera que estuviera presente en dicho jardín.
El pelinegro continuó en esa posición, pero sin darse cuenta al lugar se iba acercando una mujer que a paso lento y sin hacer ruido atravesó los pasillos y se quedó viendo al Uchiha por algunos segundos antes de caminar y posicionarse a su costado.
La mujer simplemente se agachó un poco hasta que su boca estuvo cerca del oído del pelinegro y con voz suave llamó la atención del Uchiha – necesito que vengas conmigo – esas palabras asustaron a Sasuke, el cual estaba tan metido en la meditación que no se dio cuenta de la presencia de la diosa a su costado.
El pelinegro dirigió una mirada sorprendida a Amaterasu quien solo miraba la reacción del chico con cierta gracia – perdón por asustarte, pero necesito que me acompañes, mi hermana y yo necesitamos decirte algo importante – dijo la diosa mientras se ponía de pie nuevamente.
Entiendo – fue lo único que respondió Sasuke mientras en su mente pensaba que de ahora en adelante debía prestar mucha más atención cuando estuviera particularmente concentrado en alguna actividad.
El pelinegro se puso de pie y comenzó a caminar a un costado de Amaterasu. La pareja caminó hasta salir del pequeño jardín y atravesando la estructura solo para observar casi en su totalidad el paisaje que estaba compuesto por una gran cantidad de vegetación típica de la cultura japonesa y un hermoso lago con aguas cristalinas. Ambos continuaron caminando, y gracias a la dirección a la que estaban caminando el pelinegro inmediatamente identificó que la reunión tendría lugar en el templo de Tsukuyomi que estaba al otro lado del lugar.
Antes de llegar a nuestro destino me gustaría decirte algo Sasuke – dijo Amaterasu llamando la atención del pelinegro – mis hermanos y yo te hemos conocido por 4 años, yo particularmente he pasado muchas cosas junto a ti, y tenemos mucha confianza en ti, es por eso por lo que hemos decidido encargarte tu primera misión por separado – dijo la diosa mientras miraba al Uchiha con una sonrisa y el pelinegro ponía un rostro confuso, ya que trataba de asimilar qué le pedirían ambas hermanas.
¿Una misión? ¿Y de qué se trata exactamente? – cuestionó Sasuke mientras la diosa volteaba a ver a la entrada del templo de su hermana mayor.
