Día 5 Matrimonio

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Contexto: Versiones humanas con un poco de Omegaverse.

"¿Qué futuro le esperaría a un omega de clase alta con un alfa fracasado como tú?"

Alastor podía sentir esas "dulces" palabras dichas por su suegro luego de solicitar la mano de su hijo, el único omega de su familia, taladrando profundo en su cabeza cuanta más atención ponía sobre los recibos dispersos sobre la roída tabla de la mesa y los pobres montoncitos de dinero que trataba de forma con los pocos dólares y centavos que habían ahorrado entre él y su esposo de los trabajillos que realizaban para los vecinos para obtener un extra, su cheque se había ido en abonar para la renta del departamento, no importaba cuantas veces tratara de separarlo o si trataba de dar prioridad a uno u otro simplemente no podía, a duras penas alcanzaría a pagar la mitad de uno de los recibos con todo lo ahorrado.

El maldito de Henry* tenía razón cuando le dijo que era un alfa inútil y fracasado, claro que él no utilizó palabras tan amables al decírselo.

Tiene un trabajo miserable y aborrecible en la línea de producción de una fábrica donde apenas si les pagan una miseria y los explotan trabajando horas extras que no eran remuneradas, tuvo la osadía de sacar a Tony de su casa por el miedo que tenía de verlo casado con un alfa de sangre pura, por ideas de su familia, cuando él no contaba con un lugar decente donde pudieran quedarse, quizás su mayor error fue haberlo llevado al registro civil para solicitar el acta de matrimonio.

¡Por Lucifer! Ni siquiera había podido darle la boda de ensueño que su preciado ángel se merecía, no, optó por llevarlo a un edificio cualquiera a firmar un triste papel sin ceremonia alguna.

La única cosa que quizás hizo bien fue ahorrar lo suficiente para conseguirle esa sencilla argolla de oro con un pequeño rubí encima con la que le propuso matrimonio en la cena que prepararon en su casa para celebrarle su cumpleaños número 20.

- ¿Qué clase de alfa respetable tendría a un omega tan delicado viviendo en este basurero? – se recriminó.

Se levantó de la mesa, teniendo cuidado de no mover los trozos de madera que nivelaban una de las patas, para dirigirse a la alacena donde tenía escondida una botella de whiskey medio vacía que había ganado en una partida de póker contra uno de sus amigos.

- Ni siquiera puedo comprar mi propio licor – gruñó.

Retiró la tapa arrojándola a cualquier parte, no era que hiciera diferencia entre todo el desastre que llamaban casa, procediendo a dar un largo trago que casi acabó con la mitad del contenido, la separó de sus labios sintiendo el escozor que provocaba el líquido al bajar por su garganta mientras atraía a sus memorias otra tanda de sus fracasos.

Había prometido al menor que cuando se casarán le daría la vida que se merecía, tendrían una casa grande con un bonito patio en donde el pecoso podría hacer jardinería, que le llenaría de lujos, cenas costosas y tendrían a sus hijos corriendo por todas partes... y le había fallado. Todas y cada una de sus promesas estaban rotas, llevaban poco más de un año sobreviviendo, porque decir que vivían sería una mentira, en ese sucio departamento que con trabajo podían costear y por más que buscara no encontraba nada que les ayudara a salir de eso.

Sentía una presión en el pecho y una sensación rasposa cada que tragaba, pero ninguno de esos malestares era ocasionado por la bebida y no fue hasta que sintió algo húmedo recorriendo sus mejillas que se dio cuenta de lo que ocurría.

Estaba llorando.

- Maldición – talló sus ojos con la manga de su camisa – soy un desastre – dejó que su cuerpo resbalara por una de las paredes hasta llegar al piso – peor que eso, soy patético – un segundo trago fue dado a la botella – una burla y deshonra para los de mi clase – a cada palabra las lágrimas salían con fuerza y sus sollozos eran más audibles – ¡mierda! – exclamó – oh, Tony como lo siento – cuando estuvo a punto de prenderse de la boquilla para beber hasta la inconsciencia fue detenido por una dulce fragancia con notas de rosas y fresas y una de las suaves manos de su esposo.

~Radiodust Week~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora