Día 3 Reyes

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Lenta pero segura, sólo agregare que cuidar niños, escribir y prestar atención entre clases no es una buena combinación.

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La traición a la corona debe pagarse con sangre.

El salón donde se llevaría a cabo la fiesta en honor a su amada reina había quedado perfectamente decorado, las mesas disponibles alrededor contaban con una distancia prudente entre una y otra y la cantidad de asientos, seis sillas por mesa, era la misma para cada una de ellas.

Levantó la vista prestando su atención al enorme candelabro de oro y diamantes que decoraba e iluminaba la habitación donde se encontraba, su amplia sonrisa perdió parte de su fuerza al ver como uno de los pequeños focos centellaba como si luchara por resistir más allá de su tiempo de utilidad designado, probablemente nadie lo notaria oculto entre tantos otros similares, pero él lo había hecho y no era alguien que se permitiera esa clase de errores. Bastó con un chasquido de sus dedos para hacer aparecer a una de sus sombras y ordenarle que se encargará de arreglar el desperfecto cuanto antes.

Esta noche todo debía ser perfecto, sin fallas o contratiempo, tenían un horario por cumplir después de todo.

Bajó su mirada posando sus rojizas iris sobre la mica de ese lujoso reloj de bolsillo que sujetaba en su mano izquierda echando un rápido vistazo a la hora, cerciorándose de que todavía contaba con algo de tiempo, al menos 10 minutos, antes de que sus invitados llegaran al palacio según la hora acordada en las invitaciones que había hecho llegar a cada familia de alta clase, Overlords y uno que otro príncipe infernal, todos y cada uno de los demonios que se presentarían esa noche habían pasado por un proceso de selección meticulosamente empleado que les hizo acreedores a tan importante celebración.

Era tiempo de llevar su presencia a la entrada principal del castillo, la única de acceso público, donde algunos de sus sirvientes ya habrían de esperar a que su gobernante diera la orden requerida para cumplir con sus obligaciones.

Sacudió y alisó el largo de sus mangas mientras dirigía sus pasos a la salida del salón encaminándose por los enormes y desolados pasillos en dirección a donde pronto sería requerido haciendo que las suelas de sus costosas botas altas resonaran con cierta fuerza contra la dura, fría y bien pulida loseta blanca que decoraba el suelo generando un notorio eco con cada paso que avanzaba en medio del parcialmente iluminado camino, la falta de personal en cada área del castillo no era de extrañarse debido a que el actual monarca no confiaba en ninguno de los siervos que el rey anterior a él había dejado bajo su cargo y optó por despedir a cada uno de ellos, con una buena cantidad de dinero en base al tiempo trabajado, remplazándolos por las sombras bajo su poder que se encargarían de las actividades relacionadas al orden, la limpieza y el cuidado de los dos únicos habitantes del palacio.

Detuvo sus pasos al llegar a la entrada con dos minutos de anticipación a la hora acordada, según marcaba su reloj, aprovechándolos para posar su vista en el cuadro donde la nueva reina posaba a solas en uno de los jardines del palacio con esa encantadora sonrisa que podría conmover a cualquiera que la viera, la suya propia se amplió al saberse el único merecedor de tan bellas expresiones. Retomó la posición cerrando la tapa del reloj para guardarlo en el bolsillo superior de la chaqueta roja que su mejor amiga diseño como un regalo para el importante evento de la noche, aseguró el último botón de la prenda y acomodó la corona en una posición que resultara más cómoda para sus astas antes de ofrecer a sus esclavos un tenue asentimiento como indicación para que abrieran las puertas de par en par permitiendo de esta manera la entrada a sus invitados.

- Sean bienvenidos al palacio real – ofreció una leve reverencia, más por el protocolo real que por voluntad – espero que disfruten de esta velada tanto como yo aseguro que lo haré – recobró la postura – síganme al salón principal, mi reina nos acompañara en unos momentos.

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