~Radiodust Week~

Día 7 Reencarnación

¿Advertencia? Es mucho más largo que los anteriores.

Estaba poniendo todo de mi parte para morderme la lengua y mantener la mitad inferior de mi rostro escondida, para no permitir que ustedes me vieran en tal situación tratando de contener la carcajada que deseaba escapar en estos momentos, detrás de los papeles que fingía revisar mientras que tú te encontrabas a pocos metros de distancia del escritorio, sentado en una de las orillas del amplio y cómodo sofá que hace poco movimos a mi oficina, practicando tus lecciones de francés al tratar de leer en voz alta uno de los párrafos de la novela que el tutor había puesto sobre tus manos.

Claramente aun no podías dominarlo de la manera correcta, era como si tu lengua se enredara al intentar pronunciar cualquiera de las palabras y esas tiernas expresiones, casi infantiles, que se dibujaban en tu preciosa cara de porcelana en medio de tus fallidos intentos no hacían más que conmoverme y divertirme en partes iguales. Por ello amaba que tomarás tus clases en mi presencia, no había nada mejor para mí que verte esforzar con cada cosa nueva que desearás aprender.

- ¡Basta! – el exasperado gritó de tu maestro me sacó de mi ensoñación – no entiendo ni una sola maldita palabra de lo que estás diciendo – te regañó.

- Pues discúlpame por no poder pronunciar con fluidez – replicaste frunciendo el ceño, definitivamente eres la criatura más adorable que tuve la dicha de conocer – no es culpa mía que este idioma sea tan complicado – cerraste el libro colocándolo sobre tu regazo y cruzando los brazos sobre tu pecho.

- Si puedes escribirlo y leerlo – señaló sujetando en alto una de las hojas donde mi ángel había escrito algunas frases cortas, ocasionando que ambos desviáramos la mirada de manera disimulada – deberías saber hablarlo también – mencionó con irritación – esto es lo que estuvimos practicando la semana pasada y es perfectamente entendible, ¿cómo diablos es posible si no puedes pronunciarlo? – no pude evitar dejar salir un pequeño sonido de burla, la fugaz sonrisa en tus labios y que tus pupilas giraran momentáneamente en mi dirección tampoco nos ayudó – un minuto – volteó a verme con una expresión de molestia – maldito bastardo – parece que quien sería regañado ahora sería yo – ¡¿le has estado haciendo el trabajo?! – si lo hice, pero debía negarlo cuanto pudiera.

- Me ofende que trates de inculparme de algo como eso – era casi imposible sonar calmado cuando eres descubierto – ¿qué clase de persona crees que soy? – esquivé tu mirada tomando otra de las propuestas de negocios para leerla – lo único que hago es hablarle en mi idioma para que pueda imitarme, jamás me atrevería a meterme en tus tutorías mi buen amigo – era obvio para él que ambos hicimos trampa.

- ¡Es todo! – arrojó las hojas al aire – pueden irse los dos a la mierda – gruñó – no voy a volver a ayudarle en nada, ¡nunca más! – amenazó haciendo retumbar sus pesados pasos aun sobre la alfombra que recubría el suelo – ¡si tienes tiempo para hacer sus tareas también lo tendrás para enseñarle! – salió de la habitación azotando la pesada puerta de la habitación con la fuerza suficiente para ser escuchada por todo el pasillo.

Aun así, sus insultos, todos en distintos idiomas, eran perfectamente audibles a pesar de las gruesas paredes y la risa que escapó de mí al escucharte maldecirnos seguramente lo fue de igual manera.

- Creo que hicimos enojar a Husk – mencionaste con gracia – no es que sea algo nuevo, ¿verdad?

- Absolutamente querido – me controlé lo mejor que pude abandonando mi asiento para caminar en tu dirección – ya verás que se le pasará si le damos un par de botellas de mi colección privada – reí calmado – ¿qué trataron de leer esta vez? – tomé asiento a tu derecha tomando el libro sobre tus piernas.