Parte 27

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Ya habían pasado varias primaveras desde aquel incidente con Alice, estábamos a punto de graduarnos.

En esos días había conocido a una chica, pero todo era en vano, ninguna me recordaba el sentimiento que sentía cuando estaba con esa niña de cabellera dorada, que junto con su piel plateada podía brillar ante los ojos de cualquier mortal.

Había comenzado a trabajar medio tiempo en una mecánica para autos, poco a poco fui reuniendo dinero hasta que se presentó una gran oportunidad para comprar mi propio vehículo, aún lo recuerdo... El dueño del taller me lo vendió a un bajo costo luego de habérselo quitado a su hijo, me dijo algo sobre sus calificaciones y un castigo, no le presté atención...era un auto bellísimo jaja como olvidar ese Ford Mustang del 67.

Mi jefe me permitió arreglarlo mientras siguiera trabajando allí con él, dedicaba varias horas de mi día para arreglar mi auto, quería que se viera tan reluciente y que contara con un equipo completo.

Estuve muy feliz cuando por fin terminé de equiparlo, el motor sonaba como como un rugido de león jaja
Ya contaba con un permiso para conducir, ahora solo faltaba salir a rodarlo.

Salí despacio para ver como se movía, luego aceleré tan rápido que dejaba muy atrás a los demás autos, jaja era muy emocionante, pero esa no fue la mejor parte...fue justo después de estacionar el auto que la vi ¡Era ella! Estaba a punto de entrar en una tienda del centro. Intenté alcanzarla pero nuevamente fue demasiado tarde, otra vez la había perdido entre la multitud.

Diario de un Joven DesquiciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora