Prefacio

2.1K 337 11
                                    

Capítulo 03.

Casa del Emperador de Daegu.

Él lo había visto, en lo alto de su habitación protegido por las sombras, lo había visto salir del carruaje acompañado de Kim y un sirviente. Sus cabellos castaños los cuales se movían con gracia por el suave viento, sus rostro completamente masculino pero a la vez con un toque de refinamiento y lleno de poderío.

Perfecto.

Así es como Min Yoongi veía al príncipe Consorte Park Jeongguk.

El realmente no lo quería ni ver, pero cuando uno de los criados le hizo saber de su presencia en las puertas, había sentido el bichito de la curiosidad en conocerlo por lo menos con las garantías que le regalaba la distancia.

Él ya tendría tiempo para conocerlo mejor.

Era una lastima que a Yoongi no le iban los Donceles porque si no Park Jeongguk dejaría suficiente descendencia para el trono.

Dejando escapar un largo suspiro se dio la vuelta y comenzó su trabajo.

El Emperador del Este, UlSan, quería que sus tierras se unieran pero eso es como tener una espada de doble filo, ya que BamHyun era conocido por lo traicionero que podía llegar a ser, así que trataría de no meterse con él y planear su estrategia contra el Sur; el Emperador quería hacerse el inteligente contra él, sólo porque llevaba más tiempo en el trono de Emperador.

Detestaba que lo trataran como si fuera un mocoso.

Unos toques suaves en la puerta lo trajeron devuelta y viendo por la ventana notó que el cielo se había pintado de naranja y coral, realmente el tiempo se iba rápido ahí.

—Pase.

Kim Taehyung, capitán y guardián de sus fronteras se postró ante él, con su rostro serio pero sereno.

—¿Qué sucede, Kim?

—Mi señor, el señor NamJoon me ha pedido que le comunique que la ceremonia será mañana antes del atardecer en el templo de reso. Detrás de mi vienen sus vestuarios.

Y como si eso fuera una señal, una fila de sirvientes entraron con las distintas prendas de seda ceremoniales en sus manos, dejándolo todo en una de las repisas vacías, luego de ello hicieron una profunda reverencia y se retiraron cerrando la puerta a su paso.

Kim se quedó todavía agachado delante del escritorio de baja estatura, tenso como la cuerda de el arco que él acostumbraba a practicar. Yoongi lo miró curioso y como dice el dicho, la curiosidad mató al gato.

—¿Se a instalado el Príncipe Consorte de manera adecuada Capitán?

—Si señor, él ahora mismo está en el ala de los invitados de honor, mañana mismo después de la ceremonia compartirán la habitación real de emparejamiento— Kim se caracterizaba por ser alguien serio cuando lo amerita pero detestaba que lo usará con él en momentos así.

—Taehyung, ya déjate de rodeos y habla.

Vio como su capitán se desténsaba y lo miraba con ojos suaves, y una pequeña sonrisa, la que lo caracterizaba.

—Sabes que me preocupó por ti Yoongi, no quiero que nada malo te pase–

Rodando los ojos Yoongi hizo una mueca exasperado.

—Nada malo me va a pasar Tae, entrenamos juntos, me se defender solo, incluso e matado a más personas que tú.

—Pero él no parece ser cualquier persona— se defendió. Taehyung se levantó y rodeando el escritorio para sentarse a un lado suyo, mientras le tomaba una de las manos, la cual al lado de la suya se veía relativamente pequeña —Él es más alto que tú, que sea un Doncel no significa que no tenga fuerza— al decir eso lo vio fijamente, cuando iba a interrumpir, el siguió —Más. Se puede sentir humillado cuando se de cuenta de que no le vas a poder dar hijos y tratará de dejarte descubierto ante el Consejo.

Min sabía eso, pero tenía que tomar el riesgo, tenía que tratar de jugar a su favor y buscar como ganarse a Park a como diera lugar.

—Y a él le ha sorprendido que no sea tu padre el Emperador, cuando se lo comente se ha quedado sin palabras, al parecer no estaba enterado y estaba esperando casarse con un vejestorio.

El Emperador rio ante esa imagen mental pero luego frunció el ceño.

—Es obvio que no iba a saber de mi ascenso al trono ya que esto se quedó en nuestros muros y el Consejo, dudo que su padre le haya por lo menos comentado.

Taehyung asintió tomando su palabra.

Ay mi querido amigo puede ser lento para algunas cosas...

—Pero no importa, yo y NamJoon lo estaremos vigilando;— volvió a hablar, el pelinegro.

Dejando salir una serie de risitas, Yoongi contestó:

—Si Tae, no dejes que otro de tus pollitos se te pierda.

Viendo como al pelinegro se le coloreaba el rostro en un rojo alarmante, rio con más fuerza. Su amigo era todo un caso.

Cuando finalmente se quedó solo, Yoongi se puso de pie y se acercó hacia las vestiduras para su matrimonio; el cual consistía en un Hambok rojo con bordados de hilos de oro, los cuales formaban un gran dragón en el pecho y garras del mismo en las mangas bajas, el pantalón era azul y se ajustaba en los tobillos en donde el borde se podía ver pequeñas letras antiguas para dar Fe a un matrimonio próspero y feliz.

Gran idiotez.

Luego vio la joyería de accesorios que tenía que usar  y pensó en que su madre estaría tan feliz por verle vestido así, pero con otro atuendo. Siempre había negado lo que en realidad era y siempre será así, para un Emperador ser lo que es, era imperdonable y humillante, los del Consejo jamás le hubieran dejado subir al trono si lo supieran. Sin importar que había dejado ver lo que en realidad era su padre; un monstruo lleno de codicia.

Su padre antes de morir, era alguien desalmado y mataba a su pueblo de hambre, mataba a reinos enteros sólo por codicia y riquezas, las cuales no compartía con nadie solo para él. Traicionaba a cualquiera, por ello a Yoongi le había estado costando que los imperios se unieran a él.

Y como plus, su padre asesinaba a cualquiera a su paso, como a su madre, sus cuatro concubinas y su hermano mayor.

Él lo había hecho delante de sus ojos.

Según porque ellos eran débiles y no merecían vivir.

Que gran lección.

Por ellos Min se había vuelto fuerte, sólo para así poder destruirlo.

Por eso era importante que el Príncipe Consorte Park Jeongguk, estuviera de su lado, porque si no estaría en peligro.

(...)

El día había llegado; los sirvientes iban y venían.

Yoongi ya se encontraba vestido delante de unos de los espejos. Sus cosas estaban siendo retiradas y siendo colocadas en la habitación real de emparejamiento.

Sus cabellos rubios sujetos en un prendedor de oro con ajuste de pequeños palillos, formaban flores en su mejor punto, dando un peinado de media coleta, dejando que el resto cayera al lado de su rostro y orejas a las cuales pequeños aros dorados le adornaban. Su rostro estaba dibujado con tres puntos, dos en sus mejillas de color azul y uno en su frente de color rojo.

Las vestimentas le quedaban justamente y su espada estaba en un cinto al rededor de la cintura.

A través del espejo Yoongi miró a NamJoon vestido con sus mejores galas y junto a él, Taehyung vestido igual.

Ellos sonreían y él les devolvío la sonrisa.

Quizá esperando no haberse equivocado con la decisión. Y rezando para que Park Jeongguk entendiera lo que iba pasar.

Si no ambos estarían muertos.

Emperador | KookGi EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora