Mi prisionero favorito [Sonadow]

Otra vez

— ¡Sonic! ¿P-por qué...? ¡¿Por qué has hecho eso?! Está bien que era un criminal y todo, pero no era par- — fue callado por su compañero, el cual había posado su dedo índice sobre sus labios haciéndolo callar.

— Amigo tranquilo, no lo mate, esa bala solo era un dardo tranquilizante

— ¿Y por cuánto tiempo...?

— Siendo sincero ni yo lo sé, acabo de pedir apoyo, no tenemos esposas ni un vehículo para transportarlo — no pudo evitar un leve suspiro seguido de un leve quejido.

— A-al menos dejame tratarte la herida Sonic...

— Gracias Tails

El pequeño zorro solo improviso una vendaje a su amigo, pasado las horas llegaron todo el equipo de policía, comandado por el mismo jefe el cual no pudo evitar dar una sonrisa sádica al ver al erizo azabache acorralado, como era de esperar todos lo tenían en la mira, y el azabache al estar adormilado por el sedante no hizo más que dejarse esposar, se encontraba en mucha desventaja y no quería hacer el ridículo en intentar lo imposible, el comandante se encargó de llevarlo el mismo en su automóvil mientras que Sonic y Tails eran llevados a la cárcel de nuevo en otro.

El de orbes verdes solo suspiro al llegar, pudo observar la celda vacía de Shadow, ahora los barrotes tenía electrificación, por lo que le hasta él tenía que tener cuidado.

— Si que te ha tocado un prisionero duro ¿Eh? — poso la mano en el hombro de Sonic, el erizo albino solo negaba mientras chasqueba su lengua en forma de negación, así mirando la pierna vendada de su compañero.

— Es nuestro trabajo al fin y cabo...

El albino así le daría una palmada a su compañero de manera amistosa. — Te acostumbrarás, y hablando del trabajo, tengo que dejarte ya que tengo que cuidar a Mephiles — el azulado lo entendió, y después de despedirse, el de espinas extravagantes se dirigió a la celda mencionada.
Su sorpresa fue grande al no encontrarle, suspiró, en verdad ahora sí estaba en problemas, se armó de calo y se metió a la celda, de todos modos era su trabajo ¿No?. Nada, no estaba en ninguna parte, y la mala iluminación no le ayudaba, más preocupado decidió salir pero la puerta se cerró antes de que cumpliera su cometido, dejándole atrapado en ese lugar.

— ¡¿Pero qué?! — corrió a la puerta, tratando de abrirla, pero era en vano.

— Es inútil — aquella voz, detrás suya, la conocía muy bien, fría y grave, así volteó, pero su sorpresa fue grande al no ver nada, más en una esquina se podía apreciar unos orbes turquesas, predominante entre la inmensa oscuridad de la celda.

— Muy gracioso ¿No? Sácame ahora — le hablo firme, apretando sus puños sin temerle al contrario, Mephiles, era un ser errático, no sabías que hacer, pero le apodaban el rey de la oscuridad, quizá era un experimento fallido, nadie lo sabía, pero Silver no se iba a dejar llevar por unos simples rumores, se afloraon sus puños al escuchar el sonido de las llaves chocando.

— Ven por ellas — le invitó al albino, el cual rápidamente gruñó para ir tras él, pero Mephiles fue más rápido, agarrando el brazo de Silver, estrellandolo contra la pared, quedando Silver a merced de Mephiles, ambos brazos estaban aprisionados detrás de su misma espalda, y unos escalofríos recorrieron su espalda al sentirlo tan cerca. — Tengo un trabajo para tí

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— Haz hecho un gran trabajo oficial Sonic, pero mañana, tendrás que decirme exactamente todo lo que pasó en esa guarida ¿Entendido? — habló aquel comandante mientras el azulado solo asentiá.

Continuará...