Mi prisionero favorito [Sonadow]

El castigo

[ADVERTENCIA: Este capitulo contiene Lemon, leer bajo su propia precaución]

—  Escuchame bien, ¿Ves este reloj? — le cuestionó mientras le enseñaba al albino el reloj de pulsera en su mano izquierda, a lo que la reacción de Silver fue dar una ligera sonrisa.

— Es muy lindo, ¿Cuál es el problema? — le respondió el de orbes amielados con un tono sarcástico, cosa que hizo que el erizo contrario frunciera el ceño bastante molesto.

— ¡No juegues conmigo! Ahora escucha — suspiró molesto, ya que la actitud del albino no le agradaba para nada, pero aún asi se armaría de paciencia — Este reloj es en realidad un rastreador, y este rastreador esta adherido a mi cuerpo, la única manera de desactivarlo es mediante un código el cual tú tienes acceso a ello — después de aquella explicación su semblante cambio a uno más aterrador — ¡Y tú vas a traermelo! — gruño enfadado ocacionando unas leves gotas de sudor al albino.

—S-si, ya entendí — le respondió con un tono molesto casi bufando.

Mephiles solo le empujó hacia la salida  cerrando la puerta de golpe, el albino chasquó la lengua molesto, no sabía que era peor, la mala seguridad de aquella cárcel o  lo poco que le pagaban, sea como fuere se fue hasta la enorme sala de archivación, llena de miles de anaqueles con folders y olor a humedad, tosió por aquel dolor maldiciendo hasta al conserje de la limpieza, en verdad comenzaba a hartarse, cerró la puerta tras de sí para comenzó a buscar, cajón por cajón hasta encontrar los folders más llamativos, pero entre cerro sus ojos al notar que todo estaba revuelto, hasta que encontró una hoja llena de códigos.

— ¡Por fin! Pero... hay más de uno... bueno, ¿Qué se le va a hacer? — tomó otra hoja vacía y agarro un boligrafo quitandole la tapa con su boca para proseguir a anotar los códigos, cuando acabo, guardó el papel en uno de sus bolsillos, y así salió de dicha habitación cuidando de que nadie lo viera, llegando a la celda de Mephiles, ya estaba abriendo la puerta de dicha celda, pero fue jalado por el prisionero de una manera bastante brusca.

— ¡Dame el código — le exigió Mephiles por lo que, de mala gana, el albino le pasó el papel, ni se molestó en observarlo ya que solo quería salir de ahí y seguir con su día, pero antes de alcanzar la puerta fue jalado de nuevo con más crueldad, siendo estrellado contra la pared ocacionando que este se quejará, y lo peor fue cuando oyó la puerta cerrandose de nuevo.

— El código que me diste... ¡Es el incorrecto Solo cambia de color! 

Gritó más que molesto.

— A mi me parece que funciona bien — le respondió el erizo con un tono burlón, provocando más furia en Mephiles, pero el albino ni se inmuta, así se comenzó a acercar pelirosamente al albino.

— Vas a darmelo, por las buenas o por las malas — le dió un puñetazo en el estomago sacandole aire al albino, y de un momento a otro obligó al albino a levantar las manos de este, le apretó las muñecas con fuerza.

— ¡H-hey! ! Déjame! — forcejeó lo más que pudo, pero la fuerza de Mephiles era aún mayor — ¿Q-qué me harás? — le cuestionó dejando atrás su sarcasmo.

— No comas ansías, lo sabrás pronto — hablo con es voz fría, empujó al erizo albino a la pared, y encadenó a este mismo sus brazos para inmovilizarlo, ¿Divertiste un poco no estaba de más... O si? Pero alguien tenía que quitarle ese actitud burlona al erizo.

— ¡Basta de bromas! ¡Déjame ir! — gritó frunciendo el ceño, cosa que Mephiles ignoró, poso uno de sus dedos en donde debería estar su boca, cosa que espanto a Silver... Si tenía boca.

— ¡¿Mephiles qué estás haciendo?! — pregunto Silver viendo qué Mephiles había despertado a su miembro.

— ¡¿Mephiles qué estás haciendo?! — pregunto Silver viendo qué Mephiles había despertado a su miembro.

Pero, no recibió respuesta alguna, el albino quería escapar, movía sus manos tratando de escapar de aquellas cadenas, pero su esfuerzo era inútil.

El erizo criminal seguía chupando, y Silver cada vez sen sentía más exitado.
Pero este termino liberandole, al ser liberado se levantó rápidamente y empezó a correr hacia la salida, pero cayó por Mephiles, este lo jalo de la pierna y se subió en el y le agarro los brazos por detrás.

— Tú no te me vas, no te preocupes, te va a gustar. — le dijo Mephiles le ponía esposas.

— ¡Déjame! —  gritó Silver.

Mephiles no le hizo caso y empezó a acariciarle todo el cuerpo, ya después le empezó a tocar la entrepierna mientras le abría las piernas a Silver.

—  ¡Ni se te ocurra! —  exclamó Silver mientras trataba de escapar.

—  Todavía te resistes, pero después pedirás más...

Mephiles empezó a meterle su miembro a la entrada de Silver.

— ¡Es...ta muy grande! — gritó el albino mientras se sonrojaba y con dolor.
Mephiles le metió su miembro dentro de Silver rápidamente.

— ¡DUELE!, ¡SÁCALO! — gritó Silver mientras le salían lágrimas.
Mephiles le tapó la boca rápidamente a Silver.

— Cállate, nos van a escuchar — le dijo Mephiles enojado, pero el de orbes amielados en un intento de escalar  le mordió la mano.
— ¡Auch! —  vio a Silver- me las vas a pagar.

Mephiles le empezó a amarrar la boca con un pedazo de tela qué tenía.
— Ahora sí —Mephiles se empezó a mover rápidamente, mientras que el albino empezó a luchar y a tratarse de liberar, pero mientras pasaba el tiempo, se empezó a sentir más cansado, solo le quedaba esperar cuando se acabaría su castigo mientras aguantaba el dolor.

Ya después de un rato Mephiles salió del cuerpo de Silver.

— Sí me vuelves a traicionar la próxima vez será peor — le dijo Mephiles mientras lo desamarraba.

Mephiles se fue de la celda.

— ¿P...or qué me pasara esto a mí? — se preguntó Silver, trató de levantarse, pero se desmayó.

Continuará...

Llevo desde al año pasado sin actualizar esto, literal, la edición es de Junio del 2022.

No sé que me fume al escribir este capítulo pero aquí está.

Recuerden, no romanticen la Violación, es malo, y solo deseo que les vaya bien, me despido y quizá los lea en otros meses.

Bye!