Ojos rojos... ¿Será que le era familiar? El de orbes verdes decidió en no seguir pensando en eso, no debería tomarle importancia a eso, así que lo dejó de lado, terminando su jornada de trabajo decido regresar a su hogar, boto su chaqueta en el sofá mientras se dejaba caer en ese cómodo sillón, estaba estresado ya en su primer día de trabajo, tomo de la pequeña mesa frente del sillón el control del televisor para así encender la enorme pantalla frente a él, se llevó la mano a su frente mientras mostraba un gran fastidio en su rostro, ese mismo erizo que se acaba de encontrar ya había matado bastantes personas.
— Ashh... ¡soy un idiota!, Debí de atraparlo en ése mismo momento, pero a la próxima me esforzaré más.— se dijo Sonic a sí mismo, como sí fuera un juramento, siguió cambio canales aleatoriamente, hasta quedarse dormido.
[• • • ]
El ojiverde comenzó a caminar en la gran ciudad donde vivía, con arma ya cargada mientras que iba a la dirección donde se había encontrado con tal erizo, pensó de la siguiente manera ... Sí el asesino estuviera matando por diversión, también tendría un lugar divertido para matar.
Confiaba en ese pensamiento, bueno el lo hacía, el sonido de un balazo interrumpió sus pensamientos para así dirigirse al lugar.
Ese mismo erizo de ojos carmesí trataba de matar a un pobre anciano, respiro lo más profundo que pudo, sacó su pistola y cargo rápidamente, «Recuerda tú entrenamiento» tan pronto como esas palabras pasaron por su cabeza, ya había disparado en la pierna derecha del azabache, cosa que provocó que el erizo criminal se fuera lo más rápido que podía.
— ¡Oye espera! — hizo un gesto de molestia, y decidió seguir al que trataba de huir.
Maldecía en silencio el azabache, le dolía demasiado, pero no tanto para que le impedirá correr, pero no logro más que encerrarse en un callejón sin salida.
—Levante las manos— gritó lo más amenazante que pudo el erizo azulado, el azabache hizo un gesto molesto, tan solo se limitó a levantar las manos
— ¡Suelte el arma!— está vez alzó más la voz, aunque por dentro se moría de nervios.
Aprovechando la situación, el de orbes verdes comenzó a checar al criminal de que no tuviera más armas, después del chequeo, comenzó a poner las esposas, el azabache aprovecho la oportunidad de los torpes movimientos del erizo azulado, bajo para después dar una patada hacia atrás, tirando al policía principiante, de un ágil movimiento algarro la pistola que le habían arrebatado, para apuntar con ella al erizo contrario.— No vayas a hacer una locura— fue lo primero que se le ocurrió al de orbes verdes al ver que solo un movimiento del contrario estaría muerto.
— ¿Con que derecho me lo dices? Al ver lo idiota que eres dedujo que eres principiante, ¡Ja! ¿Tan falta de personal estas el equipo de policía para enviar a un miserable principiante? — escupió con odio el criminal de orbes carmesí, mientras no perdía de vista a su objetivo. — Que patético eres, hazme un favor.— mencionó el azabache, captando toda la atención del erizo azul, por el contrario, el criminal le mostró sus manos que estaban esposadas — Puedes liberarme y así tú conservas tu vida, ¿No es un malo trato no crees?
El policía principiante trago saliva, agachó su cabeza, en verdad no quería dejar escapar su oportunidad para ascender de puesto, pero está en desventaja, su mirada se hizo sombría, saco las llaves y así libero al que le estaba apuntando, estaba tan perdido que solo bajo la mirada mientras mantenía una mirada muerta, « Esto... No es lo que un policía hace... ¿O sí? , Pero, aún quiero vivir » fuero las palabras que rondaban en su cabeza, el criminal le extrañó un poco que el erizo cobarde cambiará a un semblante más sombrío, pero después no le tomó importancia, de un rápido movimiento, se fue del lugar dejando a erizo azul con sus pensamientos.
— Eso... Eso estuvo muy cerca ... — mencionó sin dar crédito a lo que había sucedido, para así después irse también del lugar.
[ • • • ]
Los días pasaron, el erizo de orbes verdes jamás se rindió, era cierto que los primeros dos días después del incidente solo se la pasó lamentándose por no haber atrapado al criminal que se encontraba frente a sus narices, pero esa no era el motivo para que se rindiera.
Duro días, semanas, incluso meses, no por nada el erizo de orbes carmesí tenía el mayor precio por su cabeza, pero eso no lo detuvo; ¡Intento con todo! Desde la inocentes trampas, bombas de humo, o inclusive pasarse por un civil, nada servía, ¿Acaso el erizo era demasiado llamativo?
Tenía que probar una de sus últimos recursos, ahorro lo suficientemente así como trabajo arduamente y por fin consiguió algo que quizá haría un gran avance en su meta: una pistola tranquilizante.
— ¡Bien! Con esto, ahora podré atraparlo al fin... O eso espero — mencionó desde su hogar mientras se preparaba para salir a buscar al criminal que más había deseado capturar.
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— ¡Sueltame bastardo! ¡No me toques con tus asquerosas manos! — gritaba mientras forcejeaba la compañera favorita del criminal más buscado, Rouge.
— Tiene derecho a guardar silencio, toda palabra será en contra suya — mencionó por protocolo el policía que era un poco más experimentado que Sonic, un equidna con espinas de un rojo llamativo, Knuckles.
Este procedió a esposar a la delicuente para después subirla a su vehículo, para así llevarla a prisión.
Continuará...
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Mi prisionero favorito [Sonadow]
Random¿Qué pasaría si un policía se enamorara de un delincuente? Es de lo más absurdo, pero a veces los amores imposibles se vuelven más adictivos. Sonic, es un erizo que se que acaba de graduar en la escuela policíaca, una gran amenaza se presenta en la...