filmmaker » timothée chalamet

10.

Tocaron la puerta del airbnb, mientras que yo me terminaba de poner una mascarilla en el baño. Traía unos shorts y una camisa muy grande.
Dado a que era la única en la casa, bajé las escaleras corriendo.
—¿Quién? —pregunté.
—Ábreme —era la voz de Timothée. Se suponía que iba a regresar hasta mañana.
Abrí la puerta de inmediato y vi a Timothée parado ocultando su cara detrás de un ramo de flores. Empecé a sentir un hormigueo en el estómago y corrí para abrazarlo con fuerza.
—Que lindo eres —lo abracé del cuello.
Él me correspondió el abrazo y besó mi frente.
Se dio cuenta de que traía una mascarilla e hizo una mueca de asco para quitarse el sabor de su boca.
—Exagerado —le dije.
Cerré la puerta detrás de él y fui a dejar las flores en uno de los jarrones de decoración de la casa. Le eché agua.
Pasó lo que restaba de la noche conmigo en el sillón del sótano de la casa. Resultó que se regresó antes porque alcanzaron a terminar el shoot en un día y eso le sirvió para decidir si venía hoy y obviamente lo hizo.
Nos pusimos a platicar sobre lo que habíamos hecho y él me contó que su manager le había dicho que tal vez le daban un papel muy importante. Me alegré demasiado por él, ya que se lo merecía.
—Y también... posible nominación —dijo Timothée—. Imagínate que esta vez sí gane, Victoria.
Sus ojos se le iluminaron y yo me enternecí. Me gustaba mucho verlo tan feliz, haciendo lo que más amaba.
—¿Cómo no vas a ganar? Ya sería el colmo —le dije.
—No quiero ser el DiCaprio de nuestra generación —rio.
Yo estaba acostada con mis piernas sobre sus muslos y él me las acariciaba. Ya no traía la mascarilla, así que aprovechó para besarme.
Sus manos aún estaban sobre mis piernas y no dejaba de besarme.
Decidí que tal vez sería buena idea hacérselo yo esta vez. La última vez, él me había dejado sin palabras y probablemente lo merecía.
Me acomodé en el suelo y me puse de rodillas entre sus piernas. Timothée rio un poco y después acomodó su cabeza en la cabecera del sofá.
Gimió cuando le bajé el zipper del pantalón y toqué su miembro. Lo acaricié por un momento, hasta que bajé la cabeza y lo puse dentro de mi boca. Timothée gruñó un poco y sus piernas se movieron a mi toque.
No batallé tanto para hacer que se viniera. Él gimió y aspiró aire por su boca, para después sacarlo en un suspiro de placer. I had to swallow it.
Me levanté y me senté al lado de Timothée, para que continuáramos hablando, pero él rápidamente me acostó y puso su mano en mi garganta. Me tomó desapercibida y gemí ante su tacto.
Timothée aún no se subía el pantalón, pero eso no fue lo que utilizó, sino que bajó inmediatamente los dedos, para meterlos por debajo de mi pantalón.
Inmediatamente escuchamos la puerta de arriba abrirse y cerrarse.
—Oye, Victoria —era la voz de una PA que vivía conmigo, Alice.
Timothée y yo nos reincorporamos rápidamente y empezamos a escuchar pasos hacia donde estábamos. Timothée corrió hacia un armario para esconderse.
—¡Aquí estoy! —le grité a Alice, pero ella ya estaba parada cerca.
—¿Todo bien? —me preguntó—. Te veo un poco roja.
—Haz de cuenta que me puse una mascarilla de chocolate que me dejó así —le dije—. Creo que es mi alergia a algo.
—¿En serio? —Alice se la creyó—. Oye, me pidieron que checaras tu inbox porque creo que te van a dejar dormir más el lunes.
—Suena genial —le dije a Alice.
—Bueno, iré a terminar el papeleo —dijo—. Buenas noches.
—Buenas noches —le dije.
Alice volvió a subir las escaleras y esperé un minuto para correr hacia el armario y dejar salir a Timothée.
—Con que mascarilla de chocolate, ¿eh? —se me acercó justo cuando abrí la puerta y me besó.
—Estaba bien nerviosa —reí en sus labios.
—No creo que te vayan a matar si saben de lo nuestro —dijo.
—Mejor vete antes de que venga la misma Olivia a buscarte.
—¿Cómo salgo si ya llegó tu otra roomie? —preguntó.
Señalé la pequeña ventana del sótano con mis ojos. Timothée me agarró del cuello jugando y yo no sabía si reír o pedirle que se quedara para que terminara lo que había empezado.
Timothée me besó.
—Mejor ábreme la puerta —me pidió.
Volví a voltear hacia la ventana.
—Victoria... —me suplicó.
—"Siento como si estuviera engañando a mi esposo" —repetí lo que él había dicho.
Rodó los ojos sin quitar la sonrisa.