146. Registro Civil 《Asukure》

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Glosario: en México una kermés es un mini festival o evento donde se realizan actividades muy mexicanas, entre ellas el famoso "registro civil", donde la gente "se casa".

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—¡Profesor, profesor!

Una pequeña Ino de siete años llegó corriendo hasta donde su profesor Asuma estaba en el patio escolar.

—¿Qué pasa?

La menor mantenía sus ojos llorosos y un puchero en sus labios. Detrás de ella llegaron Shikamaru y Choji.

—¡Me quieren obligar a casarme! —acusó señalando principalmente al Akimichi.

—Oh cielos, ¿y con quién quieren que te cases? —cuestionó divertido.

—¡Con Shikamaru, iuk! —respondió sacando la lengua en un gesto de asco.

—Bah, yo tampoco quiero casarme con mi amiga neurótica.

—¿Qué es "neurótica"? —preguntó confundido el castaño mientras seguía comiendo sus gomitas de dulce.

El profesor Sarutobi soltó una carcajada. Para él, Ino, Choji y Shikamaru eran como sus hijos. Los vio crecer desde el jardín de niños y les ha dado clases los últimos cinco años.


Nunca han cambiado, y esperaba que eso se mantuviera así por mucho tiempo.

—Vamos, niños. Este registro civil no tiene validez.

—¿Entonces eso qué significa? —preguntó la Yamanaka curiosa viendo hacia arriba por la diferencia de altura.

—Que solo es como un juego. —explicó— No están casándose en serio.

—¡Ya ves! Exageras para nada. —reclamó Shikamaru.

Asuma acarició las cabezas de sus tres alumnos: —Anden, vayan a divertirse.

Sus caritas cambiaron y volvieron a mostrar alegría. Salieron corriendo a la kermes junto con sus compañeros y tan pronto eso pasó, Kurenai se acercó.

—A veces creo que los mimas demasiado. —comentò de brazos cruzados.

—Son como mis hijos, Kurenai. Claro que los voy a mimar. —respondió con una sonrisa en sus labios— Así como tus tres chiquillos son como tus hijos.

La mirada de la mujer se dirigió a Hinata, Kiba y Shino, sus pequeños y casi siempre tìmidos alumnos.

—Si, supongo que tienes razón. —confesó— Aunque claro que yo quiero hijos de mi sangre.

—¿Quién no?

Las miradas de ambos se conectaron con complicidad y diversión. Habìa tanto que solo ellos sabían y se llevarían a la tumba.

En ese breve e íntimo momento, los grupos de amigos de los cuales recién hablaron charlaban animados y, sin que pudieran notarlo, Ino y Kiba, los alumnos más extrovertidos de cada grupo, llegaron corriendo a ellos.

—¿Qué pasa, Kiba?

—¿Qué tienes, Ino?

Ambas preguntas al mismo tiempo. Ninguna obtuvo respuesta.

Lo único que pasó fue que ambos pequeños tomaron de la mano a sus respectivos profesores y los jalaron en dirección al gimnasio, lugar donde se efectuaba el convivio. Sus risas delataban una segura travesura, y una que disfrutaban mucho, siendo apoyados a distancia por el resto de sus amigos.

—¿Qué rayos?

Habían parado frente a una mesa cubierta con un mantel blanco, varias hojas de papel tamaño carta, el profesor Kakashi sentado con una pluma en la mano y un cartel que llevaba por escrito "Registro Civil".

—Niños... —regañó Kurenai viendo especìficamente al Inuzuka.

—Kure, Asuma... qué gusto verlos aquí. —comentó el peliblanco con un sonrisa— ¿No están un poco grandes para jugar a la familia?

La pregunta estaba cargada de humor. El Hatake disfrutaba molestar a sus colegas.

—Eso mismo digo yo. —secundó Sarutobi— Chicos, esto es solo para los alumnos.

—¡Solo esta vez, profe! —pidió Ino.

—Si, tú dijiste que nada es real. —apoyó el Nara.

—Además, ustedes siempre están juntos, nosotros solo les seguimos el juego. —comentó Kiba con una mueca divertida— ¡No me diga que la profe Kurenai no le parece linda!

Las mejillas de la mujer se sonrojaron notablemente.

—Este... si, pero... —Asuma buscaba un escape de emergencia— ¡Ya! Lo haríamos, pero el profesor Kakashi seguro tiene la indicación de solo atender a los alumnos, ¿verdad?

Buscaba apoyo en su amigo y compañero, pero no obtuvo nada de lo esperado.

—¡Bah, claro que no! Tengo tiempo para casarlos, tortolitos. —se burló. Sacò una de las hojas y la colocò frente a ellos— Por favor, pongan sus nombres y firmas.

Sarutobi aún mostraba oposición, pero Kurenai le sonrió y se encogió de hombros. Las miradas insistentes de sus alumnos eran difìcil de ignorar.

—Bien... —cedió el hombre— Solo por ustedes.

En cuanto vieron que su profesor firmaba aquel papel, todos celebraron, y la alegría aumentó cuando Kurenai hizo lo mismo.

—Ay, que lindos. —expresó conmovido el Hatake— Ahora, un besito.

Ambos miraron con desaprobación al peliblanco, pero en un rápido movimiento, Asuma depositó un corto beso en la mejilla de la mujer.

—Ya, listo. Ahora ustedes vayan a jugar a otro lado. —dijo viendo a los menores e intentando disimular el bochorno.

El grupo de amigos salieron corriendo hacia los aros y pelotas.

—Bueno, eso fue interesante, chicos. —se burló maliciosamente el Hatake colgándose de los hombros de ambos involucrados.

—Hmp, Kakashi... siempre dando mal ejemplo a tus alumnos. —se quejó Sarutobi.

—¡Hey! De alguna manera debo divertirme. —se justificó— Además, ¿por qué tanto drama? Ustedes dos están casados desde hace un año.

—Si, pero eso es secreto. —Kurenai le guiñó un ojo a Asuma, y este solo sonrió de lado.

One Shots 》Naruto CouplesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora