161. Interrupciones 《Sasusaku》

1.1K 141 31
                                    

Sasuke regresaba del intercambio cutural al que había ingresado dos años atrás. Regresaba a la vida tal cual la dejó: amigos, familia, trabajo, escuela y más importante, su novia.

Cuando el Uchiha tomó la decisión de integrarse las personas más cercanas e importantes para él lo apoyaron en perseguir sus sueños, incluso si significaba dejar de verlos por tanto tiempo. La decisión le había dolido, en especial por el miedo a distanciarse de ellos.

Su regreso sería una sorpresa para todos, no avisó ni pidió que le fueran a recoger al aeropuerto, simplemente llegó, pidió un Uber y dio la dirección de la casa de sus padres, era domingo, día familiar para los Uchiha. Al abrir la puerta pudo escuchar las voces de los miembros de su familia, se adentró totalmente cauteloso, dejó su maleta junto a un sillón y volvió a salir. ¿Cuál era su objetivo? El mismo que el de cualquier chico de veinte años con necesidades: su novia.

En el camino envío un mensaje de texto a la pelirrosa, donde le preguntaba cómo estaba, qué hacía y si tenía algunos planes para las siguientes horas. Rogaba en sus adentros que dijera que estaría libre el resto de la tarde, y cuando en su pantalla apareció el tan esperado 'No', supo que tendría a Haruno totalmente a su merced.

¿Sasuke era un pervertido? No, solo que estar a más de mil kilómetros de tu novia sin poder verla en más de 600 días y limitarse al mero recuerdo y fantasía de su vida íntima tampoco era de ayuda, por supuesto que tenerla para él estaba en su top 5 de cosas que haría al volver a casa.

La residencia Haruno no se encontraba muy lejos de la suya, otra ventaja. Tocò el timbre y para su agradable sorpresa, ella fue quién le atendió: la mirada que le dedicó no tuvo precio, en verdad estaba sorprendida y feliz de verlo.

—¡Oh, por Dios! —se abalanzó sobre él y besó cuanta parte de su cuerpo tuvo a su alcance— ¡Creí que volverías hasta la siguiente semana!

—No podìa esperar tanto para verte. —murmuró contra su cuello mientras se dejaba envolver por su aroma a lavanda. Depositó un beso en el lóbulo de su oreja y la chica sonrió—  Te extrañé tanto.

Sakura sabía perfectamente que cuando Sasuke actuaba de manera tan dósil era porque quería algo. Y a ella le encantaba, era como si otra personalidad saliera a la luz y ella la controlaba a su antojo.

—¿Quieres tomar algo? Estaba preparando té verde.

El Uchiha entró a la casa y la puerta se cerró tras él.

—En realidad tenía otros planes para nosotros. —comentó con discreción por si alguien les escuchaba— ¿Están tus papás?

Ella negó: —Salieron al súper, volverán en una hora. —sacó una taza— ¿Qué tipo de planes tienes?

—Tú sabes. —la miró con súplica— Eso.

—¿Eso? Mmm, creo que no estoy entendiendo, cariño.

—Sakura, por favor... no te he visto en dos años. —masculló controlando su desesperación— ¿Qué otra cosa sería?

—¡Ya sé! Hablar de todo lo que hemos hecho en este tiempo mientras comemos pizza. —dijo con tanta emoción que cualquiera sin necesidades podría haberse dado cuenta de que estaba jugando con él.

—¡Noooo! —replicó exhausto— Te amo, y en verdad quiero charlar, pero entiende, ha pasado muvho tiempo. —dijo alargando la segunda letra de esa palabra— ¿Acaso tú no...?

Los inocentes ojos de Sakura lo miraron y una sonrisa ladina se asomó en sus labios.

—¿No quiero tener relaciones contigo? Claro que si, pero sé controlarme.

Y ahí supo que su querida novia solo quería divertirse, y si eso los llevaba al meollo de todo, jugaría con gusto.

—Ahh, la chica tiene los pantalones bien puestos. —se acercaba poco a poco y entrelazó sus dedos con los de ella— Tendré que recuperarlos.

Cuando estaban a punto de unor sus labios, una llamada entró al celular del Uchiha.

—Ou, tienes que responder. —se burló Haruno dando un paso atrás.

Miró la pantalla de su celular y maldijo. Era Itachi.

—¿Hola? —pronunció con disgusto.

¡Hermano! ¿Crees que no noté que entraste a la casa? Te pasas... ¿dónde andas?

—En casa de Sakura. —la pelirrosa siguió con el juego y comenzó a besar lentamente el cuello de su novio, y este en un intento de no dejar salir ningún ruido innecesario fue más tajante— ¿Qué quieres?

—Uy, no pues con ese tono nada. —suspiró— Salúdame a mi cuñadita.

—Si, si. Adiós.

Colgó y volvió a relajarse entregándose a los delicados besos y lo que despertaban.

—¿Quieres ir a mi habitación? —preguntó murmurando contra su oreja.

—Claro que si.

Poquito más y brincaba de la emoción. Los escalones se convirtieron ene escalinatas interminables, pero tan pronto como llegaron al cuarto, ahora lo incanzable era poder quitar la estorbosa ropa.

—¿Por qué disfrutas hacerme sufrir? —preguntó divertido entre besos que iban subiendo de velocidad.

—Es porque adoro tu carita de sumiso. —respondió tan agitada como él— ¿Qué más da? Terminemos con esto.

El Uchiha la cargó tomando su cintura y terminando el camino hasta la cama, donde antes de poder recostarse sobre ella, su móvil volvió a sonar.

—Maldita sea, mi hermano. —carraspeó frustrado.

Haruno se colocó sobre sus codos y sonrió: —Tal vez es importante. Anda.

De mala gana, descolgó: —¿Si?

Hermanito, cuando vengas de regreso, ¿puedes comprar algunas piezas de pan para cenar? —preguntó con toda la tranquilidad del mundo.

—No me jodas... —murmuró— Si, ¿qué más?

—¿Qué hacen, chicos? —preguntó totalmente aburrido desde su cama y esperando quizá una invitación a cualquiera que fuera sus planes.

—Nada. Adiós.

Y colgó para no tardar más de cinco segundos en besar a su novia ahora con más ferocidad.

—Fuiste grosero. —rio entre besos la pelirrosa— Pobre Itachi.

—Itachi estará bien. —replicó desinteresado— Pero yo no si no logro quitarte esto pronto. —dijo refiriéndose a sus pantalones.

Desabotonó uno a uno y cuando llevó sus dedos al filo de la prenda, ese maldito tono sonó de nuevo.

—Oh, oh... ¿Itachi? —preguntó mirándolo con ternura.

—Te juro que lo mataré.

—¿No responderás?

—No, espero que entienda la discreta indirecta. —dos tonos más y el ruido cesó. Sasuke sonrió victorioso— Te lo dije.

La impaciencia por volver a tirar del pantalón era increíble. Un poco más y llegaría al paraíso. Solo un poco más y... su celular sonó de nuevo.

—MALDITA SEA. —tomó el aparato con desdén y descolgó— ¡ITACHI, ESTOY INTENTANDO TENER SEXO CON MI NOVIA, DEJA DE INTERRUMPIRME!

No muy discreto.

—Vaya, ¿crees que captara tu indirecta? —preguntó la chica con sarcasmo, a lo que su novio solo rio y continuaron con sus planes.

Mientras en el otro lado de la línea, Itachi se asomaba a la cocina.

—Hey, ma. ¿Ya desocupaste mi celular? Necesito revisar mi correo.

Mikoto, muy consternada, intentaba mantener la calma tras semejante declaración del menor de sus hijos.

—Si, gracias cariño. —le extendió el móvil y agregó— Por favor, no le llames a tu hermano en un par de horas, ¿si?

One Shots 》Naruto CouplesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora