-Capítulo 6-

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"Como Aaron conoció a Maddie"

Estaba en la cafetería de la universidad mientras tomaba un café y tenía e intentaba entender lo que el libro explicaba.

<<Momento de querer dejar la carrera y volverme stripper>> pensé.

Levanté la vista cuando escuche la risa de Maddie, se estaba riendo de algo que Trevor había dicho, al parecer los dos habían pasado demasiado tiempo juntos desde la última vez que la vi, bueno, Maddie siempre tuvo algo con él, ella misma me dijo que le gustaba pero que él nunca le vería más que como una amiga, y ahí entendí que nunca podría tener algo con Maddie, no porque no me haya aparecido hermosa en su momento, sino por cómo usa a las personas sólo para su propia satisfacción, sea sexual o no, siempre consigue lo que quiere, y como no pudo tener a Trevor en su momento, caí yo para ser su juguete por un tiempo.

Recordé el día que salí de casa hacia la universidad, al otro día de habernos mudado y maldije para mis adentros haber sido tan idiota y haber caído en los juegos de Maddie.

-Recuerdo de Aaron-

Si escuchaba otra vez la alarma de Liz iba a asesinarla.

-¡Liz!-gritó Ana desde la otra habitación del pasillo-¡Estoy intentando dormir!.

Amo a esa niña.

Intenté moverme para que mi espalda pudiera sentir el frío de la pared pero una bola de pelos siberiana con heterocromia me lo impidió.

-Muévete-Ñoqui siquiera se movió, se limitó a estirarse y seguir durmiendo. Resoplé y miré la hora.

06:00 a.m. Faltaban diez minutos para levantarme y comenzar la maravillosa rutina de universidad. Intente dormir los minutos que me faltaban pero ya me había despabilado. Puse puse una camiseta manga larga para no salir sin nada arriba, Liz diría que pescaría un resfriado. Baje las escaleras, hice lo que tenía que hacer en el baño y me dirigí a la cocina donde una Liz ya reluciente se encontraba desayunando.

-¿Listo para tu...

-Chist-había hecho un sonido raro con mi boca y la señale con el dedo-Son las seis, no hables, no quiero escucharte.

-Alguien se despertó de mal humor...

-Me despertaría mejor si escucharas la alarma la primera vez, ahora me aguantas así.

-Como sea-obviamente Liz hizo caso omiso y siguió hablando-,¿Cómo te sientes para tu primer día de universidad?.

-Me lo preguntas como si tuviera cinco años.

-¿Acaso no los tienes?.

-Cállate. Estoy preparado-me senté a su lado con una taza humeante de té en mis manos.

-Si algo ocurre, llámame, o a mamá-dijo preocupada.

-Liz, estaré bien-traté de calmarla, al ver que me seguía mirando, agregué:-Si algo llegase a pasar, te llamaré.

Un silencio incomodo se formó entre nosotros, bebí mi té mientras esperaba que ella volviera a hablar.

-Las personas son malvadas a veces, pero no todas, no tengas miedo, ¿si?.

Suspire y cerré mis ojos. Quería repetirle que no era un niño pequeño pero me contuve, le sonreí y no dije más nada. Al terminar, fui al baño, me lavé los dientes, me vestí y puse las cosas necesarias para las clases de hoy. Observe mi reflejo en mi espejo e intente arreglar mi cabello, no había caso, estaría siempre desordenado y hecho un desastre. Volví a bajar las escaleras y escuche a mamá intentando levantar a Ana para llevarla al instituto para monstruos demoníacos que gritan a todo pulmón. Me encontré con Liz en el auto, nos acomodamos y prendí el estéreo. Por el rabillo del ojo captó un movimiento, los dos chicos de anoche salían de la casa con mochilas, hablaban sobre algo hasta que se subieron al auto, Liz es un poco lenta aun para entender los autos, así que ellos nos pasaron por al lado cuando Liz intentaba arrancar nuestro auto.

La chica que se escondió del sol (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora