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⁘ Pov. (T/n) ⁘
— No estoy entendiendo nada
— Tu madre y yo estuvimos hablando... pensamos que sería lo mejor para ti
En estos momentos mi cabeza estaba a punto de explosionar y algunos se preguntarían ¿por qué? bueno lo único que puedo decir es que todo esto nos lleva a hoy en la tarde.
La compañía con mi madre aún seguía, después de mis disculpas estuvimos hablando de cosas triviales o que había pasado los días que no estuve. Algo nada fuera de lo común para escuchar, hasta que mi madre cambio el tema de conversación a algo que jamás pensé escuchar de sus labios.
— ¿Estas jugando conmigo?
— Yo siempre hablo enserio – dejo su taza con un poco de fuerza en la mesa pero siempre manteniendo su postura – no entiendo porque piensas que es una clase de broma.
— Bueno será porque mi madre quiere que yo – me señale a mí misma – entrene como ¿cazadora? Si eso no es una broma no sé qué seria.
"Esta vez es distinto" pensé escuchar un susurro de parte de ella pero simplemente lo ignoré.
— Si puede sonar como una broma de mi parte pero es verdad además de que solo entrenaras como una – aclaro, pero aun así me sonaba lo mismo – antes entrenabas con... bueno lo que quiero decir es que talvez una forma en la que sé que estarás bien es que tu sepas como defenderte.
Talvez debería recibir esta noticia con una sonrisa y mucha ilusión pero no era así en mi rostro estaba plasmado tristeza y confusión. No sabía que intenciones tenía mi madre con que volviera un sueño que deje de lado hace mucho.
Cuando kanae falleció igualmente murió aquel sueño, Shinobu ya no era la misma, en sus ojos solo estaba plagado la furia y en su mente la venganza. Cuantas veces había escuchado de su propia boca que jamás descansaría hasta encontrar a aquel demonio que asesino a su hermana aun así arriesgara su propia vida.
Sabía que eso no le hubiera gustado a kanae, que Shinobu fuera por el camino del rencor, no era lo que quería para su hermana menor. Solté un pequeño suspiro al recordar todo eso.
— ¿Aceptas? – hablo nuevamente mi madre, pero no podía darle una respuesta concreta.
— No lo sé, tengo que pensarlo.
Sali de ahí y me dirigí rápidamente a mi habitación, quería estar sola no quería hablar con nadie ni ver a nadie, ni siquiera cuando me llamaron a cenar, no tenía las fuerzas de levantarme de mi cama.
Estaba recostada con la mirada en el techo buscando un punto en el cual pueda fijarme pero no encontraba, estire mis brazos y choque con un pequeño objeto a mi lado derecho.
Lo había olvidado, el regalo de Douma aún permanecía en esa cajita que no había atrevido abrir y no sé por qué. Me senté en mi cama cruzando mis piernas extendí mi mano hacia aquella cajita retirando el listón rojo en el que estaba envuelto, ahora lo único que tenía que hacer era levantar la tapa.
