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—... Omega.
Salió un profundo suspiro. El estudiante de primer año sentado a mi lado parecía curioso, pero no tenía ganas de explicar. Un fragmento del pasado llegó a mi cabeza y sentí el pecho pesado.
Mientras tanto, Park Sung-jae, que llegó sin previo aviso, empujó una figura grande.
— ¡Vamos, hermano! Tienes que hacerlo tú!
Han pasado tres horas desde que comenzó la fiesta de bienvenida de los estudiantes de primer año.
—¿Qué tipo de fiesta es para que alguien quien no es de primer año asista? Ustedes diviertanse sin mí.
Argumente con fuerza, pero terminé siendo arrastrado para beber.
No hubo ninguna razón en particular. Fue porque mis compañeros, que se habían graduado mientras yo estaba en el ejército, me detuvieron diciendo que estaban contentos de verme. No sabían que estaba en el ejército, pero me alegré mucho de escuchar eso. Al final, no tuve más remedio que llegar a un bar donde los estudiantes del departamento se reunieron mientras lo conducían.
— Deja de beber, amigo. Estás borracho.
— ¡Oh, mi hermano ya no está en el ejército, así que es importante emborracharse!
Alguien podría pensar que este tipo es quién fue dado de alta, no yo. Mientras negaba con la cabeza y movía hacia un lado, el estudiante de primer año sentado junto a mí, me hizo una pregunta.
— ¿Ha estado en el ejército, Sunbae?
— ¿Eh? Oh, sí. Me dieron de alta y regresé a la escuela.
— Oh, por eso llevas sombrero.
El estudiante de primer año señaló el sombrero ajustado. Nervioso, toque el ala del sombrero negro y asentí con brusquedad.
De hecho, han pasado meses desde que fue dado de alta y no es por eso que lleva sombrero, pero había mucho que explicar. El estudiante de primer año me miró con una mirada dudosa.
— Pero, Sunbae...
— ¡Hagamos un brindis, salud!
Las palabras del otro estudiante fueron interrumpidas por la solicitud de Park Sung-jae. El hombre tambaleante llenó mi copa de Alcohol y me animó a brindar. Es incómodo beber esta cantidad de soju.
— ¡Adelante!
No estaba en situación de beber. El interior bullicioso y los estudiantes borrachos están por todas partes. Además, cada vez que la puerta del bar se abría y cerraba, una siniestra premonición llegaba. Me pregunto si ese departamento está a cargo de la gestión.
— ¿Para qué es el brindis?
— Bebamos, bebamos.
Hizo un gesto con la mano, pero no pudo explicar el motivo. Incluso estaban considerando un buen brindis, instando a los nuevos estudiantes a divertirse entre ellos.
