Paranoia

Silencio

Cuando los hombres aman a las mujeres sólo les dan un poco de su vida; más las mujeres, cuando aman lo dan todo. Esa era una de las frases que más le gustaban a Laura, era una fanática empedernida de Óscar Wilde, le gustaba sentarse en el prominente sofá que había en nuestra sala y leerme fragmentos al azar de su autor favorito, yo por el contrario me enfoque en el arte gráfico. Me gustaba analizar cuadros del barroco, ver las interpretaciones acerca del infierno ver la expresión de sufrimiento en los seres humanos, en esos cuadros hallaba un poco de paz.

-Eres muy extraño-. Decía Laura.
-¿Por qué lo dices?-. Decía un poco molesto.
-Siempre te quedas pasmado mirando, como si estuvieras hipnotizado. Dime ¿qué piensas cuando vez ese tipo de expresión en esas personas?-.
-La verdad, siento paz, en ocasiones me imagino siendo parte del paisaje, o en ocasiones me imagino siendo el torturador y en otras me siento como el torturado. Es díficil expresar lo que siento-.

Laura pensaba como psicóloga y trataba de orientar esos detalles, aunque procuraba que no viera tanto de esas pinturas.

Lentamente fui normalizando mi rutina, volví a ir al colegio, (por obvias razones Laura me inscribió en otro colegio) e intenté seguir como un adolescente normal. O al menos lo intentaba.

En lo personal, Laura y yo seguíamos juntos no de una manera paternal o familiar, sino más como una pareja joven de recién casados.

Rachel iba al apartamento dos o tres veces por semana y debatimos acerca de mi estado mental.

-Paul ¿Que sientes cuando el "otro tu" se apodera de tu cuerpo?-. Preguntaba Rachel.

-Primero es como si todo fuera en cámara lenta, después viene como una pesadez en el cuerpo, y finalmente siento como si me partieran el cráneo en dos y pierdo el conocimiento-.

-Son síntomas muy específicos-. Decía Laura. -¿No crees posible que sea una enfermedad en algúno de los hemisferios cerebrales?-.

-Lo dudo-. Respondía Rachel. -Las lesiones cerebrales pueden ser vistas por medio de resonancias magnéticas o encefalogramas, cuando los padres de Paul lo trajeron por primera vez al hospital se hicieron todos esos exámenes para descartar las lesiones cerebrales-.

-¿Quieres decir que no es algo físico?-.

-Asi es, ya descartamos la probabilidad que fuera una lesión física-.

Quedábamos de nuevo en nada, analizado posibles respuestas, pero siempre había algo que derrumbaba nuestras hipótesis y volvíamos a la nada.

Una noche Rachel llego como de costumbre, pero tenía una propuesta peligrosa. Comenzó:

-Laura, Paul, quisiera saber qué opinan acerca de tratamientos alternativos medicinales-.

Laura y yo nos miramos, así que conteste:

-Mira Rachel, soy una persona muy escéptica, no creo en la religión ni en conceptos ambiguos de la medicina, sin embargo he leído acerca de "milagros" realzados por este tipo de medicina-. Dije. -Es poco ortodoxo no darle una oportunidad-.

-Y tú Laura ¿Que me dices?-.

-Seré franca, no creo en la medicina alternativa, y siendo honesta creo que realmente sería una pérdida total de nuestro tiempo-.

Laura era una persona muy racional mientras que rachel y yo le dábamos una oportunidad a casi cualquier cosa que nos diera una posible respuesta.

-Les pregunté esto por qué quiero hacer una serie de experimentos con Paul, claro está si Laura lo permite-.

Laura y yo de nuevo nos miramos.

-¿Quieres intentar?-. Me pregunto Laura.

-Si nos puede dar una respuesta me gustaría intentar-.

Laura miró a Rachel y le dijo:

-Si veo que la vida de Paul peligra detendremos el experimento-.

-Esta bien, pero también por nuestra seguridad y la de Paul iremos a otro lugar y comenzaremos-.

-Y ¿de que se trata el experimento?-. Pregunté.

-¿Haz escuchado de la hipnosis?-. Contesto Rachel.

-Si, por supuesto, pero ¿como nos ayudaría la hipnosis?

-hay muchas partes de nuestro sub consciente que no demostramos a simple vista, hay entra la hipnosis, vamos a ver dentro de tu inconciente-.

Comprendí de inmediato, Rachel quería hablar con mi "otro yo" y también quería documentarlo, comenzamos con los preparativos para la primera sesión de hipnosis.
Laura estaba ansiosa debido a que iba a ser la segunda vez en la que iba a enfrentarse a ese oscuro ser.

Si... después de tantos años volví a ver las fotografías y los registros que solíamos llevar Rachel, Laura y yo, intenté secar las lágrimas que caían de mis ojos tratando de callar al ser que vivía en mi interior, estás lágrimas amargas que inundan mi alma y que lentamente hacen que mi realidad sea un tumulto de recuerdos...

Si ahora que lo pienso solo tengo recuerdos de lo que ocurrió en ese entonces.

-Jajajajaja, ¿no crees que es hermoso?, Toda esta bella catástrofe que hemos provocado, todas las vidas que segaste, no eres muy diferente a mi, solo eres un niño jugando a ser un adulto-.

-¡Cállate!, ¿Quién crees que eres?, Me arrebataste todo lo que alguna vez quise, me alejaste de todas las personas que una vez ame, ¿Por qué lo hiciste?, ¿Que ganas atormentando a un miserable como yo?, ¿Que más quieres de mí?-.

-no todo gira en torno a ti, ¿Sabes?, Hace mucho tiempo logré lo que quería, tengo lo que deseo, pero, hay algo que me sigue dando vueltas, y quiero comprender. El fin de tu vida se acerca, pero tranquilo, vivirás, y vivirás todo el infierno que yo desee por qué tú eres yo y yo soy tu, al final me apoderaré de todo y serás el espectador en primera fila-.

Oigo el golpear de la puerta de la casa, tal vez sea algún vendedor o algún religioso. -ya se cansara-. Me dije...

-¡Paul!, ¡Por favor Paul abre la puerta, aún no es tarde!-.

Quizá el sigue manipulando mi mente, escuchó una voz conocida pero no recuerdo quién es.

Tomaré una de mis píldoras y beberé un trago de vodka para acallar las voces que siguen luchando en mi interior....

(Aún se oye la puerta... Sé que quien sea se cansara, y me volverán a abandonar, el silencio llega lentamente).