A la mañana siguiente después de una resaca tremenda por beber tanto tequila, opte por ponerme a ordenar el desastre de la noche anterior, Megan y Liz salieron a primera hora de la mañana, y aunque insistieron en ayudarme a recoger, sabía que se les hacía tarde para su vida laboral, así que las saque casi a rastras para poder ordenar en paz.
Cuando todo quedó reluciente caminé a mi habitación y tomé mi pequeño bloc de notas, opté por escribir con letra desordenada una disculpa para Christian y antes de que fuese su hora de trabajar, bajé corriendo hasta su auto, de día parecía aún más ridículo, y me pregunto que tanto iba a costarme el pequeño chiste.
"Lo siento, voy a pagarlo". Junto con un pequeño tomate dibujado como firma.
Lo que me lleva a la actualidad, a mí en mi sofá recostada con albondiguita sobre mi pecho, tatareando una canción de desamor.
Margot me había traicionado. Sólo porque quería a Christian para ella. No tenía sentido, que por primera vez en la vida alguien me interesó de esa manera, y Margot teniendo tantos hombres a sus pies, se molestara porque yo tenía al mío.
Lo tenía.
La puerta de mi departamento sonó com tres toques, al observar la hora en el reloj de gato que había colgado en la pared me levanté como rayo de mi sitio. Podría ser él. Faltaban diez minutos para las ocho. Tenía que ser él. Abrí la puerta con una sonrisa esperanzada.
—No necesitas dejar de ir a trabajar, aquí está tu pago de la semana, pedí que te trasladaran a otra oficina mientras tanto. —lo menciona tan rápido y ordenado que me hace cuestionarme cuantas veces tuvo que practicar para venir aquí, observo el cheque entre sus manos debatiendo conmigo misma si era correcto aceptarlo cuando había faltado tres días.
—¿Ya no quieres que trabaje contigo? —pregunto apretando mis labios para no decir de más. Estaba claro que no quería, lo había lastimado.
—No iré a trabajar un tiempo, y tú no puedes quedarte sin empleo, ve mañana y te dirán a que sitio debes de instalarte. —menciona dándose la vuelta con intención de irse.
—¿Y que hay con nosotros? —pregunto cautelosa intentando retomar nuestra conversación pendiente.
—No hay un nosotros Chelsea. —menciona sin darse la vuelta— Ve por tu lado y yo por el mío.
—No podemos terminar así. —insisto con la voz entrecortada.
—Nadie dice que tiene que acabar. —menciona girándose hacía mí.— Sólo déjalo estar, conoce más gente, y si necesitas un amigo siempre estaré aquí.
—Christian... —suplico en voz baja, él simplemente se da la vuelta y entra a su departamento.
Un sollozo se escapa de mi garganta y las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas, todo esto es mí culpa, dejé que esto se extendiera hasta este punto, y es que fue fácil culparlo a él y así dolía un poco menos, pero ahora que sé que él siempre dijo la verdad, me siento mucho más mierda que antes.
Suspiro profundamente intentando controlarme, no puedo simplemente cruzarme de brazos y conocer gente nueva, lo quiero a él y si tengo que hacer hasta lo imposible para tenerlo de vuelta, lo haría.
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Una virgen no tan virgen [COMPLETA]
Teen FictionChelsea Jennings ha pasado toda su vida siendo reprimida por su familia. A sus veinte años en todo lo que puede pensar es en su virginidad intacta y en que momento podría perderla. Ser virgen se resume a una mierda total, sentir culpa cada que se to...