CAPÍTULO 20

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Son las siete de la noche del día jueves, Christian me tiene encerrada en mi habitación y como buena persona que soy, me encerré en el baño, no iba a darle el gusto de que hiciera conmigo lo que quisiera, está molesto porque le he dicho que iba a ir al sitio donde mi abuela indicó, por supuesto que iba a ir, no sé quien se cree que es o si tiene algún tipo de poder sobre mí. Vuelvo a salir del baño molesta, y lo primero que veo es a él sentado en mí cama.

—No puedes tenerme cautiva en mi propio departamento. —reprocho caminando a mi armario por unas botas, ya está entrando el cambio de estación y comienza a helar fuera.— Iré a ese sitio quieras o no.

—No puedes exponerte a impresiones fuertes, no lo digo yo, lo dijo internet y la ginecóloga.

—¿Internet? —exclamo ofendida— ¿Cómo puedes fiarte de eso?

—Es por el bien de ambos, entiéndelo, ¡Por dios! —exclama con frustración mientras se soba la cara con la palma de la mano.

—No creo que sea tan malo, simplemente necesito salir de dudas, por favor. —suplico sentándome a su lado, no quiero que se moleste conmigo si me voy sola, pero no puedo simplemente hacer lo que él dice, eso va en contra de mí.

—Vas a ir de igual manera. ¿No? —se rinde volteando a ver mis botas— Bien, iremos juntos pero ante cualquier cosa te llevaré a urgencias si es necesario. —menciona observarme con cara de pocos amigos, sonrío emocionada y me levanto corriendo.

—¡Gracias! Vamos, se hará tarde. —menciono corriendo fuera de la habitación para tomar mi bolso a los minutos sale detrás de mí refunfuñando.

—A urgencias Chelsea, no estoy bromeando. —aclara tomando su abrigo y él mío, me llama con una seña y obedezco inmediatamente, extiendo mis brazos facilitando el trabajo para que me lo coloque.

—No creo que sea necesario. —bufo divertida.— ¿Qué puede ser peor que me odie y se haya querido meter con mi novio?

—Dime que tan capaz es de hacer algo peor. —menciona arqueando las cejas, lo ignoro saliendo del departamento en dirección al elevador.

No va a ser tan malo, Margot es mi hermana y probablemente me odia, pero no es mala persona a pesar de todo, claro que sólo son pensamientos que no puedo mencionar al lado de Christian.

El camino al restaurante es mucho más rápido de lo que pensé, tan sólo a unas dos cuadras de distancia a los departamentos, entonces me pregunto si Margot siempre viene acá. Me bajo del auto con ayuda de Christian y ambos caminamos hacia la entrada, no es un restaurante como los otros, parece ser bastante exclusivo, quizás accesible en precios pero no parece fácil de acceder, por suerte tengo a Christian que a pesar de no saber exactamente a que se dedica, a él lo dejan entrar a sitios como estos, y no es la excepción cuando ni siquiera le preguntan el nombre simplemente nos dejan entrar.

Suelto una carcajada cuando estamos dentro.

—Christian pudiste decirme que mi atuendo no iba con esto. —murmuro apenada, todos visten de etiqueta y yo parezco una motociclista, jeans de cuero color negro y chaqueta de cuero negra, junto con mis botas, también negras. Para mi suerte, Christian luce exactamente igual, casi podría decirse que nos pusimos de acuerdo.— ¿Cómo evitamos llamar la atención?

—No debe importarte lo que digan, a mí me gustas así vestida, no iba a hacer que te cambiaras. —susurra inclinándose sobre mi cuello para susurrarlo a mi oído.— Sales con un Howk, amor, nadie va a vernos sino quieres.

Una virgen no tan virgen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora