Sueño

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Y ahí iba otra vez


Nunca diría que su vida estaba sin emoción alguna


Cada vez era otra nueva misión


Espía? Ya quisiera


A la que se dedicaba era el lado opuesto de la moneda, pertenecía a una gran mafia, pero no de esas que distribuían sustancias ilegales, por supuesto que no, su mafia era para extraer minerales ilegalmente, uno el cual era el favorito de cualquiera, oro.


Eran poco conocidos, la mayoría ponía su atención en las drogas, la trata de personas y esas cosas pero eran pocos que sabían de este tipo y si lo sabían eran realmente afortunados de seguir viviendo.

Su mafia era una de gran prestigio entre las pocas que habían, aunque también muy envidiada por otro par de ojos que la veían.

Siempre habían complicaciones en esto, las autoridades, las bandas enemigas, nada de qué preocuparse puesto que siempre salía bien librado de todo, sus habilidades de escape eran dignas de admirar sin duda alguna.

Aunque también influía mucho el poder que poseía o como bien le gustaba llamarle, el miedo que ejercía sobre cada persona que pasaba, muy a diario le hacían un recordatorio de su aura imponente, cada palabra que salía de su boca podría bien considerarse una orden directa para cualquiera, siempre había tratado de solucionar eso pero no había nada que hacer si no se tomaban la molestia de tratarlo fuera de las negociaciones.

Así que simplemente se había rendido para convertirse en la persona arrogante que veías en una esquina calculando tus movimientos dispuesto a encontrar cada una de tus debilidades, ya sean físicas, mentales o sentimentales.


Como bien lo venía haciendo en ese fino bar en esos momentos, admirando detalladamente a las bailarinas del lugar pasando su mirada de aquí a allá sobre las personas disimuladamente mientras bebía una buena copa. Todo esto lo hartaba completamente, por un momento solo quería salir y disfrutar de la posiblemente tarde soleada fuera del local.


Aunque pensándolo bien.. Quién lo detenía de salir?


Sus hombres se encontraban disfrutando de las vistas muy fuera de estar a su lado, no es como que no se supiera defender. Sin mirar atrás simplemente salió para encontrarse con lo que imagino vivido ahí, depositó su mirada en un parque cercano así que sin temblar camino hacia ahí, supo inmediatamente que lo encontraban siguiendo, el paseo tranquilo tendría que esperar, aunque que mejor de un poco de caminata rápida entre los árboles?

Con una sonrisa sobre él se dedicó a apresurar el paso hasta el punto de correr en esa dirección sintiendo el auto acelerar, la entrada poseía variadas vallas lo cual impidió el paso del vehículo más no de las personas armadas dentro de este. Agradeció que fuera de esos extraños parques con varios niveles, espesa cantidad de árboles y muchos espacios con edificaciones pequeñas, un juego de niños venir a perderse por aquí.

A los pocos minutos perdió a toda esa sarta de idiotas más un disparo que fácilmente pudo esquivar lo hizo otra vez emprender huida cerca de uno de los edificios. Pasaba tan apresuradamente pensando en su siguiente estrategia mientras hablaba por audio a uno de sus hombres quienes se acercan presurosos al lugar que no previó a una persona saliendo del establecimiento cuando ya era demasiado tarde.

Cortos RusmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora