Capitulo Tres

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Había pasado tres meses desde que entró a su nuevo trabajo, tenía un buen sueldo, no era una riqueza, pero lo ayudaba bastante con los gastos. Su empleo era genial, rara vez tenía que lidiar con gente de mal humor.

En un par de semanas Charlie entraría al Kinder y el pequeño saltaba de felicidad.

Hoy tendría que doblar su turno, un compañero había llamado para reportar que estaba enfermo y le pidieron a Helmut que lo sustituyera, no aceptó gustoso ya que significaba menos tiempo son sus hijos, pero le pagarían horas extras así que llamo a Sharon para pedirle que se quedara con los niños hasta que salga.

La última función terminó pasado de la media noche, Zemo fue hasta los casilleros, recogió su mochila junto a su abrigo y salió a la puerta principal.
Llego y espero junto al guardia a que salieran todas las personas mientras movía los candados en sus manos y cuando salió la última persona se quede totalmente helado, los candados cayeron de sus manos y siguió con la vista a aquel joven. Salió de su trance y tomó los candados con rapidez, se los entregó al guardia y corrió tras el chico.

- ¡JAMES! - gritó el castaño cuando estaba cerca, el joven detuvo su caminar y giró hacia él.

¡Si, es él! Pensó Zemo y corrió hacia él, cuando llegó lo abrazó tan fuerte como pudo, pero segundos después fue empujado bruscamente, provocando que cayera al piso.

- ¿Quien demonios eres? - dijo el joven.- ¿Acaso me quieres robar? - acto seguido lo pateó en la espalda, luego se agachó hasta quedar a su altura y empezó a golpear bruscamente el rostro del castaño.

- Soy y-yo... Zemo... - el chico paro de golpearlo, se puso de pie mientras veía sus manos cubiertas de sangre, luego empezó a caminar dejando Helmut en el piso, envuelto en su propia sangre.

Zemo se puso de pie, se sacó su camiseta y empezó a limpiarse mientras trataba con todas sus fuerzas contener las lagrimas, sus ojos no le permitían ver con claridad lo que hacía, estaban llenos de lágrimas, luego tiró la camisa a un basurero y se puso el abrigo. Cuando llego a casa de Sharon esta última dio un grito fuerte cuando lo vio.

- ¡¿Zemo que te paso?! - dijo mientras cerraba la puerta y llevaba al castaño a la sala.

- Yo... yo no se como explicarlo.

- ¿Tan difícil es?... voy a traer alcohol y algodón, no te muevas.

El joven asintió y espero a que regresara, pasaron varios minutos en silencio mientras Sharon limpiaba la sangre seca que aún se encontraba en el rostro del castaño, hasta que la mujer finalmente decidió preguntar de nuevo sobre lo sucedido y él empezó a contarle.

-¡¿Como que James?!... No Helmut, tal vez te equivocaste.

- Conozco a mi esposo Sharon, no es una persona ordinaria como para confundirlo.

- Pero eso es imposible, sabes bien que falleció.

- No se si realmente murió Sharon, si no recuerdas su ataúd esta vacío. Y no fue una decisión que tome yo.

- Pero entonces ¿dónde pudo estar todo este tiempo? Y además ¿porque demonios te golpearía? Tu eres lo que más ama en este mundo como para ponerte un dedo encima.

- No lo sé Sharon... - dijo en voz baja y empezó a llorar silenciosamente, le rompió el corazón lo que James hizo, su James, jamás en toda su vida le había golpeado.

Sharon lo abrazó y consoló hasta que se calmó, luego pasaron hablando sobre los niños hasta que Zemo se fue a la habitación donde estaban sus hijos y se acostó junto a ellos.

●●●

Bucky entro a su pequeño apartamento y fue directamente a la ducha, en todo el camino de regreso pensó en la cara de ese chico, trataba de recordar si lo conocía o no, pero no lo logró.

Salió y se puso ropa más cómoda, se acercó a la cama, pero antes de acostarse alzo el colchón y tomó una pequeña bolsa, se dio cuenta de que no le quedaba mucho dinero. Conseguir un trabajo seria difícil ya que apenas lograba recordar su nombre y algunas cosas pequeñas de su infancia, además estaba teniendo serios problemas de ira.

Dejó la bolsa en su lugar y se acostó, se miró las manos, bueno la mano y su brazo de metal gracias a la poca luz que entraba por la ventana y su mano normal estaba un poco hinchada y raspada, tal vez tres peleas en menos de 24 horas no fue buena idea, bueno tampoco era su culpa que lo hicieran enojar, era así todo el tiempo, siempre estaba inquieto, no lograba calmarse y enfurecida fácilmente.

Cerro sus ojos y las imágenes del joven aparecían una y otra vez, no sabía si lo conocía o si fue parte de su vida, necesitaba recordar, no quería pasar así por el resto de su vida. Esa noche durmió con un objetivo fijo en su mente, tenía que buscar a ese chico, el conocía su nombre y tambien lo reconoció, definitivamente lo buscara y tratara de averiguar lo que más pueda.

A la mañana siguiente se fue directo al cine y esperaba encontrarse con... ¿Zemo? Así dijo que se llamaba, pero no lo encontró así que decidió preguntar a otra persona.

- ¿Disculpa se encuentra Zemo? - pregunto a un joven tras la caja.

- No, hoy es su día libre, ¿quieres dejarle algún mensaje?

- La verdad es que somos viejos amigos, y acabo de regresar a la ciudad, no se donde vive ahora, así que ¿tal vez podrías darme su número de teléfono o alguna dirección?... te lo agradecería mucho.

- Lo siento, no puedo darte ninguna información, va en contra de los reglamentos.

- Por favor, enserio necesito encontrarlo.

- De acuerdo, pero no le digas que yo te ayudé.

Salí del cine y caminé hasta la dirección que me dio con ayuda de un niño, no estaba tan lejos.
Me acerque a la casa que me describió y la verdad era hermosa, tenía un color elegante y su estructura era preciosa, si algún día compro una casa, sera como esta.

Estaba a punto de golpear la puerta pero me detuve al escuchar unas risitas, había niños adentro. ¿Tendrá hermanos? O ¿Hijos? En fin, finalmente golpeé la puerta, pero luego de algunos segundos nadie salió, volví a insistir y esta vez escuché pasos acercándose, al abrirla vi a aquel muchacho y venía con una niña en brazos.

- Hola, disculpa que este aquí, pero venía a pedirte perdón.

Mire su cara y tenía los ojos llorosos, estaba conteniendo las lagrimas y apretaba sus labios con fuerza, bajo a la niña y la puso junto a él.

- N-no te preocupes tal vez pensante que te quería robar o algo, es que te confundí con otra persona y por eso...

- ¿Papi quien toco la puerta? - salió un niño un poco mayor, de aproximadamente cinco años, alzo su vista lentamente hacia mi y cuando me vio dio un grito fuerte.

- ¡Papi James! ¡Papi!... - y se lanzó a abrazarme.

Sweet Creature (Bucky x Zemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora