Jung Hoseok es un alfa que busca a una omega para darle amor y que le sobe la cabeza por las noche cuando no pueda dormir, a pesar de que no a tenido buena suerte en el amor él nunca se a rendido y seguirá buscando a su pareja destinada apesar de qu...
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Quería que la tierra me tragara vivo, para evitar la vergüenza. Mi mamá empezó a contarle historias de cuando era pequeño a Yi Seo y para empeorar la situación le enseñó un par de fotos también.
— Mamá ya basta. — susurre avergonzado.
— Pero si te ves tan lindo. — sonrió. — Mirate, tenías cuatro años cuando usaste tu primer hanbok. Te veías tan lindo.
— Lo sé pero ya deja las fotos para luego. — dije mientras trataba de quitarle el celular.
— ¿Les gustaría algo de tomar? — habló Yi Seo.
— Si no es mucha molestias un té de Limón. — habló mi madre.
— A mi me das lo que sea, no soy tan específico. — sonrió mi papá.
Ella asintió y caminó hacia la cocina para preparar el té.
— ¿Y bien? No piensas decir algo. — habló mi mamá.
— Mamá… — hable entre dientes.
— Necesito respuestas ahora.
— Ya te lo explique, somos destinados y nuestros lobos se aceptaron mutuamente como pareja pero Yi Seo aún no se siente cómodo con todo esto, las cosas la verdad están yendo más rápido de lo que esperaba. — suspiré.
— Pero eso está bien, al fin encontrastes a tu luna.
— Si, pero me gustaría conocernos mejor no hacer todo a lo seco.
— Entiendo cariño pero tu sabes como es tu lobo y no creo que se vaya a poder hacer así. Además, creo que debes tener más iniciativa. No se lo dejes todo a tu lobo o al de ella.
— Mamá, entiende que no la puedo marcas así por así y hacerla mi Omega a la fuerza. Quiero que todo sea bajo su consentimiento.
— Nunca dije que no sea bajo su consentimiento, solo que debes ser más despierto. No significa que te tomes tu tiempo, pero a lo que me refiero es que no seas tan lento en ganar la.
— Bien, pero nada de charlas incómodas. Ya he tenido suficiente de ellas.
— Soy tu madre y tengo derecho de aconsejarte te guste o no, ¿me oistes?
Bufé molesto mientras me encogía en mi asiento. Estaba por hablar cuando Yi Seo regresó con las tazas de té para mis padres, los cuales cordialmente las recibieron.
