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Pov's Yi Seo

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Pov's Yi Seo

Me parece tierno como se esfuerza en conquistarme, si tan solo supiera que ya lo ha hecho. Si tuviera que describir a Hoseok en una sola palabra sería extraordinario*. Es la clase de personas que no todos tienen el privilegio de tener en sus vidas.

Al ser Omega sientes la necesidad de depender en alguien, ya sea para que te proteja o para mantener un buen estatus en la sociedad. En mi caso así me sentía antes de conocer a Hoseok, pensaba que tener pareja solo era eso, una relación simbiótica. El alfa te provee seguridad y estatus, mientras el Omega le da placer y se convierte en su incubadora personal.

Nunca había tenido suerte en el amor, ni siquiera había tenido pareja anteriormente, me aterraba el hecho de depender de un alfa y peor de uno que me viera como un objeto. Pero Hoseok no era esa clase de alfa, él se preocupaba por lo que yo pensara. Si me sentía incómoda o triste, siempre me ponía a mi primero ante todo. Me hace sentir especial.

Siempre me había rodeado de omegas o betas, ya que no tenía el valor de ni siquiera acercarme a un alfa. Todo esto es nuevo para mí por lo cual soy una novata en el amor. No voy a mentir, tengo miedo, miedo de cometer un error y que él se alejé de mí. No quiero perder a la única persona que me hace sentir así.

— Abuela, ¿te puedo pedir un consejo?

— ¿Sucede algo, mi pequeño mochi?

— Bueno, hay un chico que me está cortejando y me gusta, pero tengo miedo de que las cosas no funcionen. Tengo miedo de hacer algo malo y que se arrepienta de querer estar conmigo. — hable a lo que ella sonrió.

— Pequeña, no debes de tener miedo. No por algo te quiere conquistar, cómo crees que se va a alejar de la persona con la que quiere estar.

— No sé, quizás haga algo malo y le moleste.

— Ay, Yi te habla la voz de la experiencia. Hay veces que debes de arriesgarte, debes ser la que tome el siguiente paso.

— Ah, a qué te refieres. — dije a lo que ella hizo un ademán de morder. — ¡Abuela!

— Ay, tu y tu generación de cristal. Ya a tu edad tu abuelo me había marcado y teníamos en camino a nuestro primer hijo.

— Viejita golosa. — susurré.

— Orgullosa de serlo. — respondió a lo que me sonroje. — Sabes deberías de presentarme algún día, quizás también necesite de mis consejos.

Decidí ignorar su comentario, no era que me molestara sino era que me daba pena. Mi abuela es muy directa, ella dice lo que piensa sin rodeos. Estaba tan concentrada revisando los pedidos que no me había percatado que tenía la mirada de alguien puesta sobre mi. Al darme la vuelta me encontré con Hoseok recostado sobre el mostrador con una sonrisa tierna.

𝐔𝐧𝐚 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚; 𝐉. 𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora