𝐔𝐧𝐚 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚; 𝐉. 𝐇

006

Pov's Hoseok

Alrededor de las cinco de la mañana me desperté debido a la presión que sentía sobre mi pecho, al abrir mis ojos me encontré con Yi Seo la cual estaba sobre mi pecho acurrucada en busca de calor, no pude evitar sentirme nervioso y emocionado a la vez debido a su cercanía.

Tenía tantas ganas de besar sus labios los cuales estaban a pocos centímetros de los míos, pero decidí retener y controlar mis impulsos. Al ser alfa debo saber respetar el espacio personal de los omegas, ya que es de mala educación acostar y tocar a uno sin su consentimiento.

Aparte delicadamente los mechones de cabello que cubrían su rostro, con mi dedo índice empecé a dibujar pequeños círculos sobre sus pómulos y mejillas suavemente para no despertarla.

— Abrazala y dale calor, nuestra omega necesita entrar en calor. — retumbó la voz de mi lobo en mi cabeza.

— ¿Qué pasa si le molesta que la abrace o si no quiere que le dé calor?

— No lo hará, confía en mí, nuestra omega necesita sentirse protegida. — habló ansioso. — Necesita de nosotros, no seas marica y abrazala.

— No tienes porque ser grosero. — dije haciendo un puchero. —

Tomé su cuerpo y lo coloqué debajo mío delicadamente para así no aplastarla, luego la apegue a mi con el propósito de que pudiera entrar en calor.

— Entre más tiempo pase contigo más me voy enamorando de ti. — susurré mientras olisqueaba su dulce aroma, el cual me embriagaba y me relajaba.

Pov's Yi Seo

Suena gracioso decirles que no me agrada estar cerca de un alfa, siendo parte de mi naturaleza necesitar de uno, ya que no podemos valernos por nosotros mismos. Un omega necesita de un alfa para sentirse protegido, a salvo y amado, ya que somos el eslabón más débil de la cadena.

Es difícil ser un omega, ya que tenemos que cumplir con los estereotipos que la sociedad ha creado. Además somos acosados, abusados y usados por alfas, solo por el hecho de que nuestra función fue diseñada para complacerlos.

Odiaba eso, odiaba el hecho de haber sido una omega, siempre me mantenía alejada de los alfas, ya que no me sentía cómoda, ni a gusto estando cerca de uno, pero todo eso cambió cuando lo vi a él.

Por alguna razón me sentía tranquila a su lado, me sentía a gusto, no me molestaba para nada. Además mi loba se sentía a gusto a su lado, no se sentía ni intimidada, ni mucho menos asustada.

— Sabes esto me agrada. — habló mi loba.

— a mi también, se siente agradable esta sensación. — susurré.

La sensación de sentirme rodeada por sus brazos me hacía sentir protegida, además de su aroma el cual me relajaba.

— Su aroma es agradable. — pensé mientras lo aspiraba.

— Hemos encontrado a nuestro alfa.

— ¿Qué te hace pensar eso? — pregunté.

— ¿Acaso no sientes la conexión? — preguntó sarcásticamente.

— Pues sí la siento, pero eso no significa que sea nuestro alfa.

— Más ciega no puedes ser. — habló molesta.

— No nos podemos lanzar a él sin antes conocerlo, hay que ser cuidadosas. — dije mientras fungía el ceño.

— Acaso te parece alguien peligroso, solo míralo, es una masita.

— Bueno en eso tienes razón. — reí levemente.

— Solo déjate llevar y te darás cuenta que él es nuestro alfa.

— No es fácil. — susurré. — se me hace difícil confiar en él.

— ¿Por qué?

— Porque tengo miedo que nos use. — dije en voz baja. — sé que él no se ve así, pero no podemos descartar esa idea.

— No tengas miedo confía en mí, yo jamás te haría tomar una mala decisión.

—Bien… — bostece cansada. — más tarde hablamos sobre esto, ahora tengo sueño y no pienso con claridad las cosas.

— Bien, pero mantén en mente mi opinión.

— Está bien. — susurré mientras me dejaba llevar del sueño nuevamente.

❝Enamorarse es una sensación maravillosamente terrorífica.❞