C4: «Dulces bajo mi suela [1]»

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Regla número 12 no oficial de los Pilares: Siempre que un asesino de demonios es herido sera tratado por un hospital especial que esta asociado con los asesinos de demonios 」

Mitsuri había tenido una vida plena y feliz, algo banal si la veías desde fuera pero era algo bueno y gratificante para Mitsuri.

Se había graduado de la universidad con un título genérico, abrió su propia dulcería en Tokio dejando su vida en Nagano de lado, Mitsuri se había esforzado demasiado para sacar adelante su negocio, que poco a poco fue creciendo y se convirtió en lo que es ahora. Kanjori Mitsuri estaba realmente orgullosa de lo que había logrado a sus 26 años, con solo sus esperanzas y sueños.

Con una sonrisa saludo a la pareja que salía de la tienda de la mano —Por favor, vuelva pronto— Saludo con una voz risueña y amable, la mujer le respondió el saludo prometiendo que volverían. Mitsuri solo se carcajeo un poco con alegría.

La puerta volvió a abrirse, varios adolescentes entraron a la tienda mientras saludaban a Mitsuri a lo lejos. Mitsuri los observó conversar mientras se paseaban por los lugares donde estaban expuestos los chocolates y dulces que no estaban en paquetes y se vendían por piezas. Mitsuri sonrió cuando reconoció al grupo de adolescentes que regularmente visitaban su tienda.

—A Kaigaku no le gustan los chocolates— Había escuchado de Zenitsu, un adolescente rubio con ojos dorados; mientras recogía su dote de dulces y frituras mensuales, Mitsuri se burló suavemente detrás de la palma de su mano. Uno de los dos chicos de cabello negro y puntas azules simplemente lo ignoro y metió cinco barras de chocolate distintas en la canasta que llevaba el rubio, el gemelo idéntico del chico solo miro la exibicion llena de caramelos de los todos colores, una niña pequeña de ojos caídos y sonrisa perezosa tomaba un paquete de galletas.

Después de varias discusiones sin sentido, el cuarteto de adolescentes se acercó hacia el mostrador donde estaba Mitsuri, una grande y amable sonrisa apareció en su rostro inmediatamente.

—Es bueno verlos de nuevo chicos— Aunque los veía varias veces al mes por separado, siempre venía un grupo a final o inicios de mes así que esta era la primera vez que los veía a todos juntos desde hace un mes aproximadamente, era agradable ver a jóvenes energéticos hambrientos de una golosina.

—También es bueno verla Kanroji-san— La chica de ojos caídos le dio otra sonrisa perezosa pero brillante, Mitsuri le sonrió de regreso, hace mucho la chica se había presentado así misma como Makomo y era de las pocas que casi nunca veía por aquí —Espero que su negocio esté yendo bien— Makomo y Mitsuri se miraron con sonrisas, mientras que los chicos seguían discutiendo sobre caramelos y chocolates.

—De hecho he tenido unos pocos problemas ya que abrieron una tienda de suministros y dulces dos calles más adelante— Mitsuki escanea el código de barras de los objetos que los chicos ponen frente a ella en su mostrador —Eh perdido varios clientes habituales por eso, solo espero que ustedes no me dejen por esa nueva tienda— Se ríe un poco siendo acompañada por Makomo que se ríe en voz baja bajo la palma de su mano, Mitsuri siempre pensó que ella tenía un aura elegante y majestuosa, ahora que le ve otra vez reafirma sus palabras.

Los gemelos y Zenitsu finalmente han dejado de discutir y tanto los chocolates como los caramelos terminan siendo comprados junto a todo lo demás. Mitsuri se aseguro de hacerles un descuento por ser clientes habituales [y porque los chicos le caían bien, nadie debe saber eso], una sonrisa amable mientras los adolescentes esperaban su cuenta y su recibo. Metiendolo todo en la mochila vacía azul que uno de los gemelos le entregó les ofreció el papel que salió de la caja registradora y recibió el dinero.

—¡Muchas gracias, vuelvan pronto!— Sus mejillas se calentaron un poco mientras se despedía del cuarteto de adolescentes que salían de la tienda con sonrisas satisfechas y manteniendo una conversación banal.

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