¿Súper Momo? Ꞝ Dahmo

00.

—¡No! Olvídalo, no quiero volver a verla.

—Vamos Momo, ella no te ha hecho nada...

—Ha logrado irritarme al primer contacto, créeme, ya es razón suficiente para tener una mala primera impresión.

La pelinegra no lo pensó dos veces y al terminar de entrar en su propia habitación cerró la puerta de ésta con fuerza, impidiendo que Nayeon ingresara para continuar con la conversación que no parecía querer seguir por el momento.

—No quiere hablar de lo que pasó, ¿no?

Una castaña que se encontraba quitando sus manos de sus orejas por los gritos constantes de Momo, recién llegaba al pasillo donde Nayeon se mantenía aún de pie. La castaña simplemente soltó un suspiro antes de negarle con la cabeza.

—Me sorprende que se haya molestado por algo tan...

—¿Inepto?

—Sí que lo fue —la más joven de las presentes habló, haciendo acto de presencia frente a ellas—. Dahyun ya se ha ido, se notaba incómoda y algo triste por lo sucedido, esperemos que Momo se disculpe.

—¿Y cómo no va a sentirse así? Hasta a mí me tomó por sorpresa —reveló Jeongyeon.

—Qué lástima que haya terminado saliendo todo de esta manera —un pequeño chasquido de desaprobación salió de los labios de Nayeon después de decirlo, clavando su vista hacia la pared con aire pensativo.

Las tres habían tenido la buena intención de hacer una juntada, todas conocían tanto a Momo como a Dahyun, pero éstas dos últimas no tenían la remota idea de la existencia de la otra por lo que, las creadoras de dicho plan, habían decidido integrar a ambas para expandir el pequeño círculo amistoso que mantenían entre sí. Grande fue el desconcierto de todas, incluyendo a Dahyun, al recibir esa inesperada respuesta de Momo. Un tanto exagerada si lo vemos desde una perspectiva ajena a la de la pelinegra.

Pero ella tenía sus razones... No del todo justificadas, pero sus razones al fin y al cabo.

Flashback:

—Ella es muy divertida y tierna, te agradará —una sonrisa reluciente se hizo notar en la más alta.

—Esperemos...

Escuchar el desgano en las cuerdas vocales de Momo no era nada nuevo para aquellas personas que la conocían, aun así, Jeongyeon tanto como las otras dos chicas se encontraban emocionadas con la idea de poder presentar a sus amigas entre sí, para ellas, todo marcharía perfecto.

—¡Unnie! Necesito ayuda —el grito de Jihyo se hizo notar desde la cocina, por lo que Jeongyeon no dudó en correr hacia allí, internamente deseando que la joven no hubiera incendiado nada.

Momo, por su parte, optó por irse a sentar al sofá del salón principal, esperando con indiferencia la llegada de Nayeon con la desconocida chica.