Hogwarts de Cierta Magia

Capítulo 8 La vieja madrina y el agua feliz

　　Hagrid quería comprar herramientas de reparación, naturalmente para la varita en su paraguas roto.

　　Pero Ollivander no lo sabía.

　　Volvió la cabeza, preguntándose: "Hagrid, ¿tu varita mágica no está destruida?"

　　Hagrid se rascó la barbilla y mintió, "Esto no es para mí. El pequeño Harry vendrá a Hogwarts el próximo año. ¡Este es un regalo preparado con anticipación para él!"

　　"¿Ese chico viene?" La atención de Ollivander se desvió cuando mencionó a Harry Potter.

　　"El tiempo vuela tan rápido, no esperaba que en un abrir y cerrar de ojos, el hombre misterioso haya estado abajo durante diez años".

　　"Sí, sí, el tiempo realmente vuela".

　　Hagrid tomó la herramienta de mantenimiento de la varita mágica en la mano de Cedric y preguntó en voz baja: "Cedric, ¿puedes acompañar a este niño a comprar el resto?"

　　Ya es de noche, Roy y yo todavía tenemos algo que hacer, de lo contrario no tendremos tiempo hoy. "

　　Hace solo unos minutos, Hagrid vio el gesto de la mano de Tom, e iba al Caldero Roto a buscar al griego.

　　Y Roy también quería ver cómo era el perro de tres cabezas, y por cierto fue a probar el vino del mundo mágico con Hagrid.

　　Cedric miró a Ollivander avergonzado.

　　Habiendo terminado un negocio de varitas mágicas y vendido dos herramientas de mantenimiento para llevar, el anciano está de buen humor.

　　Dijo amablemente: "Por supuesto, niña. Has estado ocupado durante un día durante el día, y tengo que cerrar la puerta ahora. Adelante, diviértete".

　　"¡Gracias Sr. Ollivander!" Cedric se quitó la ropa de trabajo, revelando la ropa informal que tenía adentro.

　　Finalmente, Roy le pagó a Ollivander 13 galones para comprar la varita y las herramientas de mantenimiento, y Ollivander hizo una reverencia y los envió fuera de la tienda.

　　Los cuatro se separaron en cierta calle, dejando solo a William y Cedric.

　　Después de un tiempo, los dos se han convertido en buenos amigos.

　　"Oye, William, puedes pedirme que te ayude a mantener tu varita cuando estés en Hogwarts. Soy un profesional", presentó Cedric.

　　"Entonces, ¿por qué no dijiste que estas herramientas de cuidado se compraron por nada?" William puso los ojos en blanco.

　　Cedric parpadeó y dijo con una sonrisa: "¡No es por nada! Tengo una comisión. Por cada uno vendido, obtengo diez centavos".

　　"..."

　　William ahora sospecha seriamente, ¡y Hogwarts también aceptó el reembolso del Callejón Diagon!

　　"Está bien" Cedric agarró familiarmente a William por los hombros y sonrió: "Vamos, te pido que comas helado, y luego iremos a la Librería Lihen a comprar libros de texto".

　　Cedric compró dos helados con nueces trituradas. El chocolate tenía la forma de Dumbledore. No sabía si el anciano cobraba una tarifa de retrato.

　　Los dos simplemente se sentaron en las sillas frente a la tienda, mirando a la gente yendo y viniendo, disfrutando de la brisa.

　　Popo Tea estaba sentado junto a William, comiendo comida enlatada para gatos.