Capítulo 6: Gaara contra Rock Lee

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—Ya no quiero que sea mi turno —dijo tu amigo indignado—. Prefiero ser el ultimo.

Pese a ello, el nombre que salió en pantalla fue el suyo.

—Lee-san... —dijiste.

—¡JA! —exclamó él—. Si lanzo una piedra a un poste intentando acertar, fallaré, pero si lo hago intentando fallar, ¡acertaré!

—¡Ese es mi alumno! —lo animó Guy.

Entrecerraste los ojos mientras te dejaba en el suelo.

—¡Espera, Lee-san! —le pediste.

Te miró y, antes de que se levantará, plantaste un sonoro beso en su mejilla.

—[T/n]-chan...

—¡Machaca a ese pelirrojo! —exclamaste.

Él asintió levantándose con un leve rubor y una gran sonrisa.

—¡VAMOS, LEE!

—¡CLARO, GUY-SENSEI! —exclamó saltando a la arena.

El combate comenzó, Lee corría intentando golpear a Gaara, sin mucho resultado. Era impresionante verlo pelear y aterrador ver la gran velocidad de la arena.

Una ola de arena se lanzó sobre él, sin embargo, tu compañero era mucho más rápido, por lo que pudo esquivarla.

—¡Lee! —grito Guy levantando el pulgar, indicando así que le daba permiso para usar la técnica prohibida.

—Pero... Guy-sensei...

—¿Qué más da? ¡Tienes mi permiso!

Tras dejar escapar una risa adorable, Lee empezó a deshacerse de sus pesos y los dejó caer rompiendo el suelo con un fuerte estruendo.

A partir de este punto, te fue imposible seguir a Lee con la mirada. Lo único que veías era el movimiento de la arena siendo golpeada. 

Su velocidad había aumentado hasta tal punto, que logró derribar al joven de la arena.

—¡Vamos, Lee! —lo animaste.

El pelirrojo no parecía haber sido dañado, pues, como escuchaste explicar a su compañero titiritero, llevaba una armadura de arena. 

Aquello no detuvo a Lee, que comenzó a soltarse los vendajes.

Iba a usar el Loto.

Te mordiste el labio y cerraste los ojos. Esperabas que no se hiciese daño.

—¡Lee-san ha ganado! —escuchaste exclamar a Sakura.

Abriste los ojos. En el suelo, destrozado, estaba Gaara. 

No, Gaara no, un clon de arena. El verdadero apareció tras Lee, con una aterradora sonrisa dibujada en el rostro.

—¡LEE! —exclamaste, aquella técnica lo había debilitado bastante.

El chico de la sonrisa aterradora derribó a tu agotado compañero, tras eso una gigantesca ola de arena se lanzó a por él. Consiguió pararla y esquivar los siguientes ataques de arena, pero sabías que no aguantaría mucho. Por muchos ataques que le lanzara o por muchas veces que lo derribara, Lee volvía a levantarse.

—Might-sensei... Pare la batalla... Si sigue así... Morirá —le dijiste.

El profesor no contestó, solo sonrió mirando a Lee. 

Esto pareció darle fuerza y sus movimientos se volvieron tan rápidos como lo serian si no estuviese cansado.

—[T/n] —te dijo tu profesor—, el Loto en Konoha florece dos veces.

Abriste mucho los ojos y miraste a Lee.

—No irá a usar el Loto Inverso ¿no? ¡Es muy peligroso, Might-sensei! ¡Pare esta locura!

El profesor del equipo de Sakura concordó contigo, iniciando una breve discusión entre él y tu profesor.

—[T/n], confía en él —te pidió tu profesor.

Asentiste no muy segura y te aferraste con fuerza a la barandilla.

—¡Tercera Puerta de la Vida! ¡Ábrete!

Te tapaste la cara con las manos. No podías mirar. 

Tu compañero abrió la siguiente puerta. 

No necesitabas ver el combate para saber que la arena sería incapaz de seguir los movimientos de Lee. Incluso Neji parecía sorprendido. 

Abrió otra puerta más.

Apartaste un poco los dedos para mirar.

No podías seguir bien el combate, pero el grito de Lee te dejó claro que iba a pasar:

—¡LOTO INVERSO!

Rezaste al dios que te estuviese escuchando para que no se hubiese hecho mucho daño.

Observaste a Lee rodar por el suelo y tu mirada se dirigió a donde debería haber caído su adversario. Por lo menos había ganado ¿no?

No, no había ganado. La arena de la calabaza había protegido a Gaara quien dirigía su arena a un débil Lee que luchaba por levantarse, sin éxito.

—¡Might-sensei! —gritaste mirando a tu profesor notando los ojos húmedos.

La arena se enredó en su pierna y brazo izquierdo, aplastándolos. 

Lee dejó escapar un grito desgarrador y, antes de darte cuenta de lo que hacías, habías saltado a la arena a la vez que Gaara dirigía un ultimo ataque hacia tu amigo.

Guy-sensei llegó junto a él antes que tú, disipando la arena. Escuchaste que le decía algo al pelirrojo, pero no sabrías decir el que, pues todos tus sentidos estaban puestos en tu compañero.

Estaba destrozado, apenas podías soportar aquella visión.

—Ganador, Gaa... —empezó a anunciar el juez.

Lee se puso en pie, aun con sus extremidades temblando.

—Lee... —te levantaste y te acercaste a él—. El combate ya ha... —Abriste mucho los ojos y miraste a Guy-sensei—. Está inconsciente...

Lo abrazaste con cuidado empezando a llorar. Lee se desplomó en tus brazos. Usaste toda tu energía y fuerza de voluntad para no caer. Estabas muy débil de tu pelea y el salto de varios metros a la arena no había ayudado en eso. De hecho, no estabas segura de haber podido con él aun estando bien.

Antes de que cayerais ambos, Guy se unió al abrazo llorando.

—¿Luchas por tu camino del ninja inconsciente? —murmuró Guy emocionado.

Apretaste los dientes.

El profesor os dejó en el suelo con cuidado. Te incorporaste mientras el equipo medico se acercaba a Lee.

—¿Es usted el Jounin a su cargo? —preguntó mirando a Guy uno de ellos tras examinar a Lee.

Observaste al resto del equipo medico colocar a Lee en la camilla.

—Señorita... Usted también debería... —empezó a decir uno de ellos.

Negaste enfadada centrando tu atención en el medico que hablaba con Guy.

—...su cuerpo no le permitirá vivir como ninja —sentenció mirando a tu profesor.

Abriste mucho los ojos mientras las lagrimas escapaban de ellos. 

Se había acabado.

Ahí acababa el camino del ninja de Lee y, probablemente, el tuyo también. Si la luz que te había guiado, se apagaba, no había motivo para continuar.

—Señorita —insistió un medico poniendo una mano en tu hombro.

—No —contestaste apartando su mano enfadada, las heridas eran lo que menos te dolía—. Me quedo con Lee.

Guy dejó escapar un suspiro mientras observaba como te ibas con los médicos que se llevaban a Lee.

La flor de loto florece dos veces (Rock Lee x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora