32- La Confesión

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La pareja ya habían llegado a la vivienda de la rubia, estaban listos para despedirse, aunque probablemente más tarde se verían para darle la noticia a su padre.

Freddy: Bueno, me retiro

Joy: Espera Freddy

Freddy: ¿He?

Joy: ¿Crees que puedas regresar en la noche para cenar?

Freddy: No lo sé, le pediré a mi secretaria que vea mi agenda bromeó

Joy: Si es que tu secretaria ve que no tienes nada, la invitación es a las 8 de la noche

Freddy: Lo tendré en cuenta sonrió

Joy: ¿Que tal un último beso de despedida?

Freddy: Ehhh... Quizá luego dijo nervioso

Joy: Bien, bye

Freddy: Adiós

La rubia cerró la puerta delicadamente y subió hacia su habitación en donde leyó unos libros que habia dejado abandonados por su pérdida de memoria.

Esto la ayudó a que el tiempo pasara rápido y se sumergiera en el mundo de los libros, un mundo que había olvidado por completo.

Antes de que la rubia se diera cuenta, ya era de noche, por lo que apartó el libro a un lado y bajó las escaleras, encontrándose con Carlota jugando a la Play 5.

Carlota: Disculpa que lo haya tomado sin permiso, es solo que...

Joy: No hay problema, es más, podríamos jugar juntas

Carlota: Cl-Claro sonrió

La rubia se sentó al lado de la morena y empezaron a jugar, las dos se divirtieron por un buen rato hasta que Carlota miró la hora desde su celular.

Carlota: Disculpa, me tengo que ir

Joy: Oh... Está bien, te espero el lunes para seguir jugando

Carlota: Está bien

La morena agarró su mochila que estaba al costado y salió corriendo de la casa, no sin antes despedirse de Alfred.

Joy: ¿Que hora será?

La inocente rubia miró su celular para darse cuenta que faltaba un cuarto para las ocho, justo cuando miró la hora, escuchó la puerta principal abrirse.

Joy: Hola papá

Padre de Joy: Hola princesa ¿Qué tal te va?

Joy: Todo bien, justo se acaba de ir Carlota

Padre de Joy: Si, me encontré con ella

Alfred: Buenas noches señor, ahora mismo pongo la mesa para que podamos cenar

Padre de Joy: Gracias Alfred

El mayordomo se retiró al comedor mientras que el padre de Joy fue a su habitación. La rubia estaba esperando la llegada del castaño, pero nada parecía pasar y eso la decepcionaba un poco.

Luego de unos minutos todos se sentaron a esperar a que Alfred llevara la comida, no obstante, el timbre de la casa sonó.

Padre de Joy: Debe de ser el paquete que pedí ¿Hija, podrías abrir la puerta, por favor?

Joy: Claro... Dijo desanimada

La rubia se levantó un poco desanimada y fue a abrir la puerta, para darse la sorpresa de que se trataba de su novio.

Conectados - FreddoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora