Capítulo siete.

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Fue un fin de semana normal, no se esperaba mucho de eso. Bueno, digamos que su padre no estuvo en casa todo el día del sábado y domingo porque se reunió con sus amigos de hace tiempo de la escuela, por lo que salieron o cosas así.
Esto ayudó mucho a Pico a relajarse, quería mentalizarse nuevamente para la escuela, todos los días hace eso para no tener que estar ansioso todo el tiempo pero es que de verdad que todo lo pone así; no puede voltear a su izquierda porque siente que Cassandra está allí, mirándolo con odio aunque su mente sabe que ella está hospitalizada.

—Te ves, muy bien. No te pongas nervioso por favor.

Dijo mirándose al espejo. Llevaba la ropa de siempre; una sudadera verde, sus pantalones marrones y tenis rojos. Lo diario, le gustaba mucho su ropa y normalmente se viste así, aunque parece que no tiene otra ropa pero no le importa eso.
Fue a revisar su mochila de que tuviera todo; los cuadernos que usó para la tarea, algunos libros, lapicera, etc. Al parecer todo está allí, listo.

—Va a ser un buen día, Pico. Todo estará bien.

Se dijo a sí mismo nuevamente cuando echó la última miradilla al espejo. Tomó su mochila para salir de la habitación, se sentía nervioso pero trataba de seguirse dando ánimos así que para distraerse debía pensar algo.
Bajó con su mamá para tomar un jugo de naranja, no tenía mucha hambre (no con sus ansias, ir a la escuela lo ponía nervioso).

—Cuidate mi amor, ten cuidado cuando vayas en camino a la escuela. No hables con extraños y sobretodo piensa que será un buen día, ¿De acuerdo?

—Sí, mami.

Apresó a su bebé en brazos para darle un besito en la mejilla. Al igual que Pico, a ella le preocupaba el que estuviera en la escuela. Hablando con su hermana pensó en la propuesta, quizás si sea buena idea mandarlo un rato con su tío y primo, debería trabajar más para poder mantenerlo allá.
Le dió una sonrisa cansada pero amorosa antes de que su retoño saliera por la puerta, así llendo a la escuela como de costumbre.

Como pensó el chico, debía mantener sus pensamientos en otra cosa. Mmm, ¿Y si pensaba sobre lo que hizo el fin de semana? Como lo del arcade, aunque fue tonto por la situación de la niña emo trata que le cause alguna gracia y no vergüenza.
También cuando se puso a jugar con su mamá a conecta 4 y monopolio, ese día pasaron tiempo juntos también viendo la televisión mientras comían un poco de helado. Aprecia mucho que su madre trate de ponerlo de buen humor o ayudarlo a no estar concentrado en boberías de la escuela y el tiroteo.

—Ah...¿Cuándo terminará esto?

Pensó en voz alta, aún caminando a la escuela. Por más que quería que su día fuera bueno y trataba de no pensar más en lo que pasó hace un mes era imposible y menos con los idiotas que tiene de frente.

—Miren, si es el niño asesino.

—Uy, ¿Qué harás, Pico?, ¿Dispararnos a todos?, ¡JAJAJAJAJA!

—Silencio, ¿Qué no ven que si le hablan del tiroteo empieza a llorar como un bebé?

Oh sí, los uberkids. Maldito sea el día en que ellos pisaron su escuela. Los odiaba mucho, sobre todo porque se creían la gran cosa y cada que podían se burlaban de él.
Tiene ganas de golpearlos pero no haría un escándalo, sólo debía tolerarlos lo más que pudiera.

—Hola, chicos.

Dijo secamente, ignorandolos después. Quería entrar por la puerta principal para perderse en los extensos pasillos llenos de estudiantes.
Pero ellos le prohibieron el paso, formando una especie de barrera. Eran algo grandes físicamente, no podría apartarlos porque su cuerpo es débil y pequeño.

—¿Planeas hacer otro tiroteo, Pico?

—En tu mochila ha de haber un arma. No fue suficiente la última vez.

—Eres un ser sin alma, estúpido.

El odio hacía ellos lo distraía de la tristeza. Él sabe que lo hacen para que se rompa y llore a mares, pero no dejaría que nadie lo vea llorar.
Iba a decir alguna frase para que vieran que no es débil pero una voz interrumpió.

—¡Déjenlo en paz!

Pico miró al responsable de llamar la atención. Nunca había visto a ese chico; piel que brillaba a la par del Sol, zapatos rojizos muy grandes y sobre todo lo que más llamaba la atención eran sus cabellos azulados, jamás vio un color de cabello tan particular como ese.
Los uberkids les dió mucha gracia, ¿De verdad esa pequeña cosa los quería detener? Patético.

—¿Creen que es tan divertido estar molestando a alguien que NO tuvo la culpa? Si son tan inteligentes deberían saber lo que realmente pasó.

Era pequeño, pero tenía una fuerza increíble; los apartó de un empujón para darle pasó a Pico. Todos ahí quedaron boquiabiertos por eso, los super niños no dijeron nada más y se quedaron allí.
El pelirrojo pasó y entró con seriedad junto con el nuevo niño.

—Uhm, gracias por eso.

—No es nada. No me parece que se burlen de ti cuando tú no provocaste nada.

No era sorpresa, toda la ciudad sabía que pasó en la escuela. Así que no era extraño que un estudiante nuevo supiera la historia de su "gran" hazaña de héroe. Que molesto.

—Ah, sí...

—Perdón, no pienses que yo crea que el tema te agrade de escuchar, podemos hablar de otra cosa como...Ehm, tratar de conocernos. Un gusto, soy Keith.

—Pico. Supongo que eres nuevo, ¿No? Nunca te había visto antes.

—¡Así es! Vengo de intercambio, me quedaré un tiempo acá. Espero podamos ser buenos amigos.

La escuela ya no apestaba tanto como en la mañana. Keith tiene una vibra muy positiva, puede sentirlo. No esperaba a poder presentarle a sus amigos, quizás puedan ser un cuarteto.

Fragile || Pico Fanfic (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora