Capítulo 2 Una Decisión

160 21 0
                                    

Un alma sana, reside en un cuerpo sano, y en una mente sana.

La luz se cernía por la ciudad. Pero, en cambio a los días entre semana. Donde el sonido de los autos pitando y arrancando llenaban las calles. Ahora todo era más tranquilo.
Poco a poco comenzaste a abrir tus ojos, aunque tus párpados aún pesaban bastante.

Te encontrabas en tu cama, cubierto por tus sábanas mientras los rayos del sonriente sol se colaban por la ventana. Intentaste levantarte como normalmente lo hacías, pero al levantar el torso. Un gran dolor recorrió tu espalda. Haciendo que te vuelvas a acostar.

Gracias a la persecución y lucha de la noche anterior. No sólo te dolía la espalda, la cuál había impactado contra un muro de concreto. Sino que tus piernas, brazos y manos también estaban algo adoloridas. Aunque en menor medida.

Te levantaste con cuidado y aún algo cansado. Miraste la hora por un reloj que estaba sobre un mueble a tu lado derecho. Eran las 11 de la mañana...

Pero también era sábado. Por lo que intentaste dormir de nuevo, aunque sin mucho éxito. Te levantaste con cuidado de la cama y saliste de tu cuarto. Pasaste por un pasillo y llegaste a unas escaleras. Las cuales bajaste, pasaste por el comedor y llegaste a la cocina, donde se encontraba tu madre preparando el desayuno.

Pero al notarte, inmediatamente fué contigo de manera apresurada.

--¡TN! ¿Estás bien? ¿Te duele algo?-- Preguntó bastante preocupada. --Sí mamá, sólo estoy algo adolorido-- Le contestaste algo sorprendido por la reacción de la mujer. Pero claro ¿Cómo ella no iba a estar preocupada si ayer su hijo fue atacado por un alma de Kishin?

Ayer después del ataque, llegaste a tu casa hecho polvo. Tus padres llegaron tarde, pero fueron informados por la mamá de Alfons. La cual era una gran amiga de tu mamá, que habían sido atacados.

--¿Estás seguro? ¿No quieres ir al doctor o algo?-- Dijo tu madre, aunque menos preocupada que antes.--Sí mamá, estoy bien-- Le dijiste tranquilo. La mujer suspiró, aliviada y se tranquilizó. A lo que volvió a hablar, ahora estando calmada. --Que alivio. Cuando Mía nos llamó y nos dijo sobre el ataque casi nos da un infarto a mí y a tu papá. Pero al llegar a la casa y verte completamente dormido nos relajamos un poco--.

--Por cierto ¿Dónde está papá?--Le preguntaste curioso, al no haber visto a tu padre esta mañana.--Ah, cierto. Como no despertabas se fue a hacer algo, aunque no me dijo qué exáctamente--. A tu padre sólo lo veías en las mañanas y en las noches entre semana. Aunque el sábado y el domingo ambos se ponían al día el uno con el otro y llegaban a hacer varias actividades juntos.

--Bueno ¿Habrá tenido algo de su trabajo?-- Preguntaste al ser la opción más probable.--Tal vez sea eso-- Respondió tu madre.--Oh cierto ¿Tienes hambre?--Dijo la mujer.

Ambos se sentaron en las sillas del comedor, mientras que tu madre colocó sus respectivos desayunos a cada uno. Mientras que ella se sirvió un cereal con algunas frutas, a ti te dió una montaña de 4 hot cakes con mucha miel de abeja. Junto con un vaso de leche.

Los dos comenzaron a comer. Mientras tu madre te preguntaba más sobre el ataque de ayer, así que comenzaste a contarle todo. Hasta que recordaste cuando tus brazos se volvieron unas cuchillas.

--¡Ah, cierto! Mamá, ayer en el ataque descubrí que tengo genes de arma--Dijiste emocionado. Pero tu madre al escuchar tus palabras, escupió la comida que traía en la boca, para después comenzar a ahogarse un poco.--¡¿Qué?!-- Te preguntó incrédula y sorprendida. A lo que le platicaste con detalle como tus brazos se volvieron cuchillas y cómo después conociste a Kid, el chico que venía del Shibusen.

La Guadaña Demoniaca  [Tú en Soul Eater] [Pausada hasta nuevo aviso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora