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ni una palabra. un viaje totalmente silencioso, eso tuve. el esposo de narcissa siquiera se ha presentado. le resté importancia, no es quien me importa ahora mismo. Su residencia era una mansión exageradamente grande, ubicada en Wiltshire. un ambiente oscuro y tenebroso resaltaba en ella esta mañana de lluvia.

-ven- dijo narcissa subiendo las escaleras frente a mí- esta será tu habitación. te avisaré cuando estemos por comer

-bien- respondí para luego oír la puerta cerrarse detrás de mí

observé la habitación a mi alrededor. definitivamente toda su casa era una gran exageración, en el corto camino me he de encontrar con unas 2 habitaciones mas las cuales claramente han de estar vacías el resto del año,no son más que ellos dos al parecer, sin hijos ni parientes.

comencé a desempacar mis pertenencias dándole a esta habitación un pequeño pedazo de mi. si aquí me quedaría, al menos quería sentirme cómoda en mi lugar. luego de dar por finalizada mi pequeña mudanza me dejé caer sobre la cama soltando un gran suspiro con mi antebrazo sobre los ojos. como todo sucedió tan rápido...?

me dirigí al lavabo para lanzar un poco de agua en mi rostro y luego bajar hacia el comedor para encontrarme con algunos elfos haciendo su trabajo

-¿Puedo ayudarlos?- pregunté poniéndome de cuclillas a su altura, algunos comenzaron a susurrar entre ellos al notarme

-s-señorita riddle- diablos, ya saben quien soy?- usted no tiene por qué. siéntese, le traeremos algo

-no enserio, no tengo nada interesante que hacer aquí. si no les es molestia me gustaría ayudarlos- sonreí amablemente. luego de unas miradas cómplices entre ellos, aceptaron.

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-pero qué diablos?!- exclamó el esposo de narcissa ingresando a la cocina al verme ayudar con algunos cubiertos a los elfos- ustedes saben a quién diablos están haciendo trabajar?!- se acercó violentamente hacia ellos. me interpuse con mi varita en manos

-tres pasos hacia atrás si no quieres que termine en azkaban- escupí haciéndolo retroceder- yo me ofrecí a ayudarles. déjalos trabajar en paz si no aportarás nada bueno, mejor ni aportes

-así que la pequeña tiene más carácter del que parece- dijo con una sonrisa

extendí la mano hacia el- pythia ro. riddle- me presenté

-claro que se quien eres- dijo estrechando mi mano- lucius malfoy- mis ojos se sorprendieron

-son malfoys?

-acaso estas sorda?- solté su mano

-seguiré ayudando a los elfos, con permiso

-de hecho señorita- interrumpió frente a mi uno de ellos- ya hemos terminado

-bien, a la mesa entonces- dijo lucius pasando a mi lado. tragué grueso y fui tras él

no podía creer que tenía frente a mí a la familia malfoy, los padres de mi mejor amigo, viejos amigos de mi madre, a mi madrina, al hombre que presionaba tanto a una de las pocas personas en las que yo aún confiaba. demasiadas cosas pasaban por mi cabeza mientras jugaba con los cubiertos en mi comida

-no comerás más?- preguntó narcissa haciéndome alzar la vista hacia ella

-yo... no tengo mucha hambre-respondí colocándolos a un lado del plato

-bien, te daré un pequeño recorrido por la mansión

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-solo viven ustedes tres aquí?- pregunté descaradamente

un invierno demasiado blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora