XI

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-no voy a ser yo quien se lo diga- escupí sin ver a ninguna de las 3 personas que se encontraban en la habitación- díganselo ustedes- pasé junto a draco saliendo violentamente de la oficina

me senté en un borde de los enormes escalones. intentando relajarme, cerré los ojos sosteniendo mi cabeza con ambas manos. consideré la idea de volver allí y hablar con él, pero luego me percaté de que, a pesar de toda la situación, el decirle lo que sucedía no era mi papel.

-hey- draco colocó su mano en mi hombro sosteniéndose para luego sentarse a mi lado- estás bien?

-yo? ¿Cómo estás tú?- pregunté preocupada girando a verlo. al igual que yo hace unos segundos, sostenía su mirada en la salida al patio trasero que estaba frente a nosotros

-no lo sé, normal. algo asustado a decir verdad... no me has respondido, tú cómo te sientes con todo esto

-bien- respondí seca

-pues no te creo- dijo ahora viéndome

-tampoco necesito que lo hagas- escupí poniéndome de pie y comenzando a subir los escalones

-py detente- suspiró tomando mi brazo y bajando la voz- no debes fingir ser fuerte conmigo

-insinúas que no lo soy?- pregunté retándolo. bajó la mirada

-sabes que no quise decir eso

-pero lo haz hecho- escupí obligándolo a verme

-draco- narcissa interrumpió subiendo con una carta en manos- ha llegado una carta para ti, lleva el sello de los parkinson- draco dirigió una última vez su mirada a mi

-vete quieres?- dije siguiendo a mi habitación mientras él se marchaba junto a su madre

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P.O.V. Narcissa

si hay algo que jamás me ha agradado es tener visitas repentinas en la mansión. la llegada de la pequeña pythia ya había sido organizada desde aquella madrugada en que el señor tenebroso notó que se habían llevado a dos de sus tesoros más preciados, ella y su esposa. en cambio el tener que recibir a mi esposo con el padre de la pequeña en brazos ingresando a la casa, no era algo que me ponga a gusto.

-que hace aquí?- pregunté a mi esposo dirigiéndolo a la cocina

-me ha pedido bartemius que fuera a por el

-se quedará?

-no lo sé narcissa. solo... hagamos lo que nos pida, ya se irá cuando no tenga nada que hacer aquí- dio un apretón en mi mano para luego salir de la cocina junto a mi

-dónde está mi pequeña? narcissa?- preguntó en el sillón de la sala frente a mi y lucius

-ha pasado toda la tarde fuera señor

-lucius ve a por ella

-disculpe?- lucius se enderezó

-no he sido claro?- recalcó

-si mi lord, disculpe. iré a buscarla, vuelvo en unos minutos

P.O.V. Pythia

me encontraba sobre la losa techada del patio trasero, observando las gotas de la lluvia repiquetear sobre ella mientras sostenía un libro el cual había finalizado hace unos minutos, estaba intentando asimilar el final a decir verdad. segundos después de haber comenzado a releer aquel último capítulo, un movimiento brusco acompañó la apertura de la puerta detrás de mí haciéndome sobresaltar

-hey mocosa- escupió lucius detrás de mí- tu padre quiere verte

-cuida tus palabras lucius, no soy una cualquiera- dije poniéndome de pie

un invierno demasiado blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora