Capítulo 11 - El Reino Hermano

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Ghelken se encontraba cerca, así que llegaron casi de inmediato gracias a Naga

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Ghelken se encontraba cerca, así que llegaron casi de inmediato gracias a Naga. Enterraron a Iggy a unos metros de la entrada trasera del reino, en caso de que las cosas se complicaran y tuvieran que escapar a caballo.

Elin jamás salió de los territorios de su reino. Lundemere era todo lo que conocía, por tanto su entusiasmo apresuraba sus pasos y mantenía sus ojos bien abiertos ante todo lo que la rodeaba.

Desde la entrada, el reino era verde por completo, las murallas y paredes de cada estructura estaban cubiertas de musgo, plantas, pequeñas flores verdes y frutas. El mapa era similar a Lundemere y se sentía como si las construcciones estuvieran en el mismo lugar; la plaza central, la biblioteca y el castillo. Solo había una diferencia grande, esta ciudad se sentía viva, como si pudiera respirar por sí sola mientras que Lundemere parecía ser de piedra negra y gris.

Un aroma a pan dulce recién hecho ondeaba en el aire y tonadas alegres sonaban alrededor de la escuela. Sus vitrales hermosos pintaban parte de las calles de diversos colores con la luz que los atravesaba.

La gente cuchicheaba animada sobre diferentes temas: el compromiso del príncipe Alvare de Arethies, la temporada de frío que se aproximaba y el nuevo pay de queso en la cafetería de los caminos cruzados estaban entre los más comentados.

Llegaron al castillo sin dificultad; una enorme y moderna estructura en el centro de la ciudad.

—¿Cuál es su asunto? —preguntó el guardia.

—Soy la princesa Elin Suntale de Lundemere —dijo ella con cierta duda al usar su título cuando se lo habían quitado—. Me temo que tengo malas noticias en relación con la seguridad de Ghelken y Lundemere. ¿Podría ver al rey Rone?

El guardia la miró, se detuvo en las cicatrices e hinchazón de su cara, además de su cabello negro mal cortado, luego la dirigió a su acompañante, todo envuelto en un costal atado con cuerda y rió sin poder evitarlo.

—Sí y yo soy la princesa arquera de Belthene.

—¿Huh?

—Usted no es la princesa Elin, ESTA es la princesa Elin —dijo sacando de su bolsillo una ilustración en lo que parecía óleo, en ella posaba provocativa una hermosa chica de cabello plateado largo, piel canela, ojos enormes y grandes pechos—. Soy su fan número uno.

Elin tomó la tarjeta y no pudo cerrar la boca por unos segundos. ¿Qué estaba pasando?

—Sí... je, en definitiva esa no soy yo —dijo ella incómoda pero había algo extraño en la imagen. ¿Qué otra princesa tenía esas características tan raras o su nombe, o su reino...?

El Corazón de una Mala PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora