Capítulo 13 - La Línea Central

151 34 21
                                    

Antes de empezar: Si buscas extra magia, además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieres escuchar al tiempo que lees. Solo haz swipe izquierda en cada imagen y da play al video. Si las imágenes se ven muy pequeñas puedes dar click en ellas para verlas mejor.
También en el IG: elcorazondeunamalaprincesa
encontrarán muchos visuales que pueden ayudar a su lectura.

El tiempo pasaba más rápido que de costumbre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El tiempo pasaba más rápido que de costumbre. Dormían bajo las estrellas y recorrían lugares impresionantes. Ante la evidente curiosidad de Naga, Elin le enseñó a luchar con la espada, cazar, cocinar y pescar en su forma humana.

Parecían niños, casi siempre corriendo en los alrededores riendo y persiguiendo al otro mientras Iggy descansaba. A veces entraban en algunas ciudades para comprar comida o ropa. Obtenían dinero gracias al excelente talento de Naga para detectar metales o joyas perdidas en los alrededores. Esa facilidad para encontrar tesoros era un algo común entre dragones. Buscaban solo lo suficiente para divertirse alrededor de los reinos y ciudadelas donde compraban cada postre que veían, atendían obras o conciertos, hacían picnics en sus parques y visitaban sus bibliotecas.

Su favorita fue la biblioteca de Kuiren, el reino de agua y primera parada tras escapar de Ghelken.

Kuiren era un reino fuerte en el uso de magia aquática. La biblioteca era inmensa y recibían textos de cualquiera que llegara a la ciudad para revisarlos y luego documentarlos. Ahora hacía sentido la necesidad constante de Lord Doues de escribir todo lo que pasaba a su alrededor. A los escritores se les recibía muy bien, pudieron ver como a la entrada de la ciudad había una carpa para alimentarlos y para que descansaran mientras estaban en proceso de corrección.

Estando dentro de la biblioteca, Elin se quedó muda, habían diversas salas de lectura con diferentes temáticas para adentrarse mejor. Salas de agua con fuentes que no tenían sonido alguno a menos que uno se acercara mucho a ellas, salas con jardines, otras con pequeños cubículos privados escondidos en los libreros. Era el sueño de todo lector, y eso solo era una parte pequeña de lo que habían visto.

En el recibidor había un tablón mostrando los nombres de los diez escritores con más obras aceptadas. Curiosamente el nombre de Lord Doues estaba en el séptimo lugar.
Pidieron información ahí y se sentaron en la parte central de la biblioteca con uno de los libros de los estantes, era un lugar cómodo, con una plataforma circular de fuego mágico que crujía como una chimenea rodeándolos. Habían sillones, camas, pequeñas mesas y cojines disponibles.

—Estas pertenecieron a las brujas. Se llamaba Mampara. Tengo la pintura original en mi habitación —señaló Elin a unas ruinas de hielo en el libro. Sus ojos se habían abierto grandes y había cierta emoción en su voz—, mi familia y Lundemere las protegieron hace varios años aunque este castillo no pudo salvarse y tuvieron que internarse más al oeste. Mi tío y mi tía murieron en esa guerra. Él era el rey y quiso ayudarlas.

El Corazón de una Mala PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora