LXXXIII

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

El día siguiente fue mucho mejor que el anterior. Desde la mañana, que empezó con un inusual clima no tan frío como siempre, las cosas se veían bien.

Lauren tenía en mente hablar con el príncipe, decirle en persona como se había sentido con el regalo que le había dado, así como la decisión que había tomado.

Aún no sabía como haría eso considerando lo ocupado y atareado de sus días. Y que además no siempre tenía la suerte de encontrarse con el príncipe durante un tiempo más prolongado de lo que exigía su trabajo.

Pero lo tenía que intentar al menos. Y si no se podía, aún tenía unos días antes de que el joven se vaya a Francia.

El momento del desayuno podía ser propio para hablarle, pero también podía ser extraño y algo raro o incómodo. De todas formas ya vería como se desarrollaban las cosas.

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El día inusualmente soleado animó a todo el mundo.

En la misma mañana, todavía unos minutos antes del desayuno. Llegó una carta para Lauren. Una de la Corte, razón por la cual fue tan importante entregársela tan rápido como había llegado.

La misma era un documento y declaración formal del fallo de la corte. Acompañada del plazo de tiempo que había dictado la misma para que las Dhollen depositen todo el dinero. Informaban así mismo de todo lo que estaría en beneficio de Lauren si fuera el caso las hermanas quisieran evadir la ley o escapar.

Al ser una sirvienta, claramente el castillo tenía poder sobre ella. Por lo que, cualquier otro trámite que tal vez dada alguna circunstancia fuese a necesitar con relación al tema. El castillo sería el encargado de facilitar todo, claramente con previo consentimiento y aprobación de Lauren.

La carta también traía firmas, de todos los grandes cargos judiciales de la corte. Incluyendo al juez designado para su caso. Confirmando y dándole validez a aquel documento.

La muchacha, tuvo que guardar la carta nuevamente en su sobre, y poner el mismo en el gran bolsillo de su delantal. No podía regresar hasta la torre de los empleados para guardarla, porque estaba trabajando. Así que ya debía hacer aquello en la noche.

Frizzy le preguntó curiosa acerca de la carta. Lauren se lo contó, acotando que dentro de todo no era más que una formalidad, pero que de todos modos era muy importante, ya que brindaba información y aseguraba el respaldo si es que alguna cosa podía salir mal.

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El desayuno de aquel día transcurrió de manera diferente, al menos para Lauren. Porque estaba pensando si ese debía ser el momento adecuado para hablar con el príncipe o no. Porque no había mucho tiempo, no podía dejar a Frizzy le lado y porque también estaba algo nerviosa.

❛¹❜⸙ 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora