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Día 10

Park apagó la alaciadora y la dejó sobre el tocador. Sonrió satisfecha al ver su reflejo frente al espejo. Le gustaba mucho más ver su cabello lacio en lugar del ondulado natural que se formaba cada mañana sin siquiera hacer nada, su cabello lucía un par de centímetros más largo y esto favorecía demasiado la forma de su rostro.

Luego de revisar una última vez su apariencia, giró sobre sus talones y se acercó a la cama para tomar su móvil. En cuanto lo encendió, inmediatamente en la barra de notificaciones aparecieron dos mensajes de texto de dos remitentes completamente distintos. Abrió el que considero más importante de ambos.

¿Lista? Estoy afuera de tu casa

Sin responder el mensaje, SeoYeon guardó el móvil en el bolsillo de su saco, tomó sus llaves, su mochila y salió de su habitación. Saludaba con una sonrisa a las empleadas que encontraba en su camino hacia la salida, siendo amablemente correspondida por todas ellas.

— ¿Quiere que la lleve señorita? — Cuestionó el chofer de su padre al verla acercarse a la puerta.

— No será necesario, han venido a recogerme — El hombre asintió. Miró por unos breves segundos a la morena para después desviar su mirada en dirección al comedor — No desayuné.

Respondió con una sonrisa divertida, comprendiendo rápidamente lo que el hombre trataba de decir.

— Asegúrese de comer algo en el instituto — La chica asintió sonriente — Vaya con cuidado y llámeme si quiere que pase a recogerla.

— Lo haré ¡Nos vemos! — Tras despedirse del hombre, SeoYeon salió de la casa rápidamente para acercarse al auto aparcado fuera de esta.

Subió al vehículo con una alegre sonrisa en su rostro y besó dulcemente la mejilla del chico que se encargaría de llevarla al instituto.

— Buenos días señorita — Saludó YooJun con una sonrisa en su rostro tan amplia como la de SeoYeon.

— Gracias por venir a recogerme hoy — Agradeció, dejando su mochila en el asiento trasero junto a la del chico.

YooJun encendió el auto y lo puso en marcha. La mañana era húmeda, las ventanas del auto estaban empañadas y la niebla era demasiado densa, haciendo lucir las calles de la ciudad como el escenario perfecto para una película.

A SeoYeon le resultaba tan entretenido y relajante observar como las pequeñas gotas deslizaban a lo largo del cristal hasta desaparecer. En ocasiones así, cuando la humedad empaña las ventanas de su habitación, suele utilizar los cristales como un lienzo para pintar.

No tiene habilidades artísticas de las que pueda enorgullecerse o con las que pueda sobresalir, pero esto no le impedía escribir su nombre, con letras grandes justo en el centro de la ventana, para después rodearlo con flores, corazones o cualquier cosa que se le ocurriera. Y aunque quería hacerlo en ese momento, esa no era su habitación y no creía correcto hacer dibujos en el auto de YooJun, el simple hecho de hacerlo estando él presente le parecía infantil y demasiado inapropiado.

— ¿Quieres que te acompañe a tu clase? — Cuestionó el chico, mientras aparcaba el auto en el estacionamiento del instituto.

— Gracias, pero JiWoo está esperándome — Respondió. YooJun asintió mientras le entregaba su mochila — Nos vemos después de clases.

Se despidió del chico y bajó del auto. Apenas unos metros lejos del vehículo, se detuvo de golpe al escuchar su nombre. Giró sobre sobre sus talones, observando como MinGi se acercaba a toda prisa.

30 Días Contigo [Song MinGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora