CAPÍTULO 6

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TOOTIMETOOTIMETOOTIME - The 1975

Bizarro

Venus

-Amor, tienes que volver a tu habitación. Jackson se ha encargado de arreglarla. 

Me removí entre las sabanas, alargué los brazos y abracé a la persona que me estaba llamando como si fuera una almohada. 

-Amor. Vamos.-Intentó que me despertara, de nuevo.-Me encanta lo cariñosa que eres por la mañana, pero te tienes que ir por mucho que no quiera. 

-Mmm...-Me quejé en un idioma inventado. 

-¡Vamos! Se hace tarde. 

-Voy.- Me rendí en mi misión de pretender hacer como si no estuviera. 

Me froté los ojos y agudicé la vista, que aún estaba un poco borrosa.

-Blake eres un pesado, que lo sepas.-Fruncí el ceño enfadada. 

-Lo sé.- Me sacó la lengua. Yo obviamente como persona madura que era le respondí con el mismo gesto. 

...

Por muy afectada que estuviera tenía que volver a la vida normal. Tenía que seguir ejerciendo mi trabajo y actuar como si nada hubiera pasado. En un par de horas habían intentado abusar de mí y hacia desvelado mi mayor secreto a una persona que a penas conozco. Lo último, aunque había sido un acto impactante, no me arrepentía. 

Entrar otra vez a mi cuarto fue de las cosas más duras que he tenido que hacer en mucho tiempo. Daba igual hacía donde mirara mi mente siempre traía una imagen desagradable de esa persona. No era estúpida, sabía que se trataba de un shock postraumático.

 Por suerte o por desgracia no era la primera vez que me pasaba. Después de brotes psicóticos muy fuertes que la mente recuerda se produce el shock postraumático. Por eso normalmente los brotes no se recuerdan, es una defensa del cuerpo. 

Me pasé toda la mañana adelantando trabajos y retomando sesiones, como la de Laila. Por la tarde venían los nuevos internos, y Sarah tenía que ir como tutora. Le prometí que la acompañaría así que en este momento me dirigía hacia su habitación. 

-¡Sarah date prisa, vamos a llegar tarde!-Dije mientras tocaba la puerta. 

-¡Voy!-Gritó.-Ya estoy. ¿Vamos?  

-Vamos. 

-Estoy un poquito nerviosa. 

-Lo harás bien, no te preocupes. Estoy segura. 

-Yo no lo estoy tanto. 

-Pues deberías. Se te da bien ayudar a las personas, te preocupas por ellas. A veces incluso demasiado.-Bromeé para intentar tranquilizarla. Estaba hecha un manojo de nervios. Al parecer lo logré.

Guíe a Sarah a la sala donde estaban los nuevos internos. Muchos estaban ahí obligados, ya sea por el estado o para conservar a sus hijos. Muy poca gente decidida internarse por voluntad propia. Y los que lo hacían solían ser gracias a la ayuda de sus familiares. 

Después de leerme todos los informes de los nuevos, por mucho que no me gustara, elegí un chico de su edad con problemas con el alcohol. Supuse que se entenderían mejor si tenían cosas en común. El chico se llamaba Elijah y parecía un trozo de pan*. Confío en que se lleven bien. 

-Se llama Elijah, es un chico encantador.- Le comenté mientras veía como miraba a los nuevos internos con cara de pánico. 

-¿Podemos ir a conocerlo ya?- Preguntó como una niña pequeña. 

MEDIOCRE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora