𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 Cuatro

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𝕿odos estaban en el salón de DCLAO, donde no había ningún pupitre, solo había un gran armario que se movía con desesperación.

Tenía un espejo en el que se reflejaba todo, incluido el miedo de algunos alumnos, tanto gryffindors como slytherins

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Tenía un espejo en el que se reflejaba todo, incluido el miedo de algunos alumnos, tanto gryffindors como slytherins.

—¿Alguien puede decirme que hay ahí? — preguntó Remus con entusiasmo.

—Es un borggart, señor.

—¡Correcto! ¿Y alguien puede decirme qué forma tiene un borggart?

—Nadie lo sabe —explicó Hermione provocando exclamaciones por parte de sus amigos —. Toma la forma de lo que más temes.

—Excelente. Por suerte hay un hechizo muy sencillo para convatir a un borggart. Lo que destruye a un borggart es la risa, por eso debemos pensar en algo que nos haga reír —siguió poniendose en el frente —. La risa nos hace invencibles. No como los que siempre ganan, sino como aquellos que no se rinden —explicó —. Hagámoslo primero sin varita. Repitan "Riddikulus".

¡Riddikulus!

—Esta clase es ridícula —habló Draco rodando los ojos, ganándose un golpe por parte de Abigail en su brazo "adolorido"

—Tu cabello es ridículo — le riñó antes de volver con Blaise —¿No es emocionante saber cuál es tu mayor miedo?

—¿Tú no lo sabes? —respondió curioso.

—No, tengo muchas fobias, pero nunca he sabido cuál me atemoriza más. ¿Tú?

—No lo sé... Creo que Lucius —la pelirroja rió ante su comentario.

—¿No deberían estar practicando el hechizo? —les recordó Pansy uniéndose a la conversación.

—Yo me lo sé de memoria, querida. Blaise debería preocuparse, si no quiere que todos vean a Lucius —Blaise hizo una mueca de espanto mientras las dos chicas reían.

Todos formaron una gran fila para poder enfrentar al borggart. A la vista de Abigail, todos los miedos daban risa: desde el profesor Snape con la ropa de la abuela de Neville, a una araña con patines, hasta una adorable serpiente convertida en un payaso.

—Siguiente —ordenó Remus y la ojigris se posicionó delante del borggart con completa seguridad. Había hecho el hechizo las suficientes veces como para que alguna fobia la atemorizara.

El borggart daba vueltas y vueltas haciendo que todos en la sala no apartaran la vista. Con su varita en mano, la pelirroja estaba lista para pronunciar el hechizo, pero en cuanto el borggart paró, su rostro quedó sin expresión alguna.

𝐈𝐋𝐋𝐈𝐂𝐈𝐓 𝐀𝐅𝐅𝐀𝐈𝐑𝐒 | Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora