𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 Doce

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DESPUÉS de una semana llena de hechizos, pasteles y sonrisas, Harry no creía que sus vacaciones estuvieran siendo tan buenas; y quería creer mucho menos que ya estaban por terminar.

Sin duda, antes de iniciar el semestre se hubiera reído si alguien le hubiese dicho que se volvería tan cercano a Abigail Black. Pero, ahora, no podía imaginar empezar el próximo semestre sin sus largas pláticas por los pasillos, sus desayunos en el lago negro y sus conciertos nocturnos en la torre de astronomía. El hecho de que debían volver a actuar como desconocidos cuando las clases comenzaran, era el principal de los pensamientos que no le permitían dormir esa noche.
Daba vueltas en su cama, de un lado a otro, tratando de entender (o de negar) los sentimientos que tenía hacia la pelirroja.

Jamás hubiera negado que era atractiva ¡claro que lo era! Pero era, en realidad, la ensoñación que sentía al estar a su lado lo que le hacía querer permanecer junto a ella siempre. La vida se sentía diferente al contemplar su sonrisa.
Incluso cuando había momentos donde hablaban de sus pérdidas del pasado o de sus preocupaciones por el futuro, él no terminaba con un sentimiento de vacío, como se había acostumbrado con otras personas; no era compasión lo que veía en los ojos de Abigail, sino sincera comprensión, cargada de ternura. La satisfacción de encontrarse a sí mismo en algo tan íntimo como sus silencios, sólo hacía que sus suspiros lo llevaran de vuelta a la imagen de la chica.

¿Qué pasaba si le gustaba Abigail Black? Él era el elegido, nadie nunca le había prohibido nada. ¿Sus amigos dejarían de hablarle si se enteraban? ¿Perdería su popularidad? Nada parecía lo suficientemente importante como para borrar la sonrisa que Abigail le provocaba.

Dejando sus pensamientos sin resolución sobre su cama, abrió las ventanas de la solitaria habitación, para centrar su atención en el mapa del mereorador. Era un objeto, sin duda, fascinante. Así que, sin nada mejor que hacer, decidió tratar de adivinar qué nombres podían aparecer, esperando que el sueño regresara a sus ojos.
Después de varias rondas sin victoria, un nombre nuevo llamó su atención "Peter Pettigrew". Lo había escuchado en hogsmeade. Rápidamente, se levantó y fue al lugar que le indicaba el mapa, para investigar al desconocido.

Entre la oscuridad de los pasillos y los regaños de los cuadros dormidos, Harry intentaba, con nada de éxito, caminar con sigilo cuando vio que el Peter del mapa se acercaba a él.
Esto ya no sirve pensó cuando, al no ver a nadie a su al rededor, el nombre de Peter siguió delante.

Pero antes de que pudiera ir tras el fantasma misterioso, una voz lo llamó a sus espaldas.

—¿Potter? ¿Qué haces despierto?

Al girarse, se encontró con una somnolienta pelirroja con una corta y verde pijama que, aún en la penumbra, la hacía ver terriblemente hermosa, provocando al instante que la respiración de Harry se hiciera más pesada.

—Abigail... Yo, eh, yo, mmmh... —intentando dejar de balbusear, se aclaró la garganta — Estaba siguiendo el mapa.

—Oh, ¿el que te prestaron los gemelos?

—Eh, sí, exacto —empezando a sentirse nervioso, dirigió su vista al pergamino —. Mira, aquí estás tú —dijo señalando el nombre de la chica junto al suyo, con una sonrisa.

—¡Es increíble, Potter! —asombrada, se acercó a él provocando un escalofrío en el azabache —¿Quién es Peter Pettigrew?

—Lo estaba siguiendo para descubrirlo. ¿Tú qué haces despierta?

𝐈𝐋𝐋𝐈𝐂𝐈𝐓 𝐀𝐅𝐅𝐀𝐈𝐑𝐒 | Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora