𝕷os siguientes días fueron insoportables para Abigail. Harry apenas y le dirigía la mirada y en todas las clases pasaba de ella, como si no existiera; sin contar que nunca se volvió a aparecer por la torre de astronomía.
La chica no dejaba de dar vueltas en su cabeza ¿Qué es lo que había hecho mal? Ella nunca hacía nada mal. Además, la última vez que se vieron habían estado jugando y divirtiéndose, ¡le había dado un beso en la mejilla! Necesitaba una explicación y una explicación iba a tener.
El azabache culpable se encontraba en la biblioteca buscando el libro que le faltaba para su tarea. Al ser casi vacaciones no había muchos alumnos que quisieran saber algo relacionado a sus deberes, pero él, al no poder regresar al mundo muggle, lo mejor que podía hacer era adelantarlos y despejar su mente de lo que había escuchado en hogsmeade.
De pie, frente a un estante apartado, leía los volúmenes hasta encontrar el tomo que buscaba, pero antes de poder tomarlo una voz lo llamó muy molesta.
—¡Potter! —al girarse divisó a una pelirroja venir hacia él a zancadas —¿Puedo saber qué te pasa?
El ojiazul, aunque al principio sorprendido de verla aparecer así, fingió desinterés y le pasó por un lado, de regreso a su mesa.
—No sé de qué me hablas —los pasos de Abigail se oyeron detrás de él, siguiéndolo.
—Ah, ¿ahora no sabes de lo que hablo? —el chico hizo un mohín en respuesta que no hizo más que enfurecer a la pelirroja —¿Qué carajos hice para que me ignores? No te sientas especial, no me importa demasiado, pero sí quiero una explicación —lo fulminó con la mirada totalmente molesta.
El corazón del azabache latía con fuerza, pues aunque ciertamente odiaba al padre de la chica después de enterarse lo que hizo, la furia que tenía guardada parecía evaporarse al ver los finos orbes, en ese momento echando fuego, de Abigail.
Recorrió su rostro con la mirada y aunque sabía lo molesta que estaba, le alegró volver a verla. No se había dado cuenta, hasta ese momento, lo mucho que extrañaba su compañía, su voz, su encanto y su sonrisa que se estaba acostumbrado a ver y, sin querer admitirlo, a disfrutar.
Pero la voz de McGonagall y las advertencias de sus amigos acerca del linaje de la pelirroja no tardaron en hacer presencia en su cabeza, regresando su atención a la conversación.
—No quiero hablar contigo, Abigail. Vive con la duda — y sin más volvió a su libro.
Las manos le sudaban y luchaba internamente para no levantar la mirada. Sabía que esa respuesta no iba a hacer más que exasperar a la ojigris, pero no sabía qué hacer. El hecho de pensar que alguien relacionado con ella había provocado la muerte de sus padres y con ello la oportunidad de conocerlos, de cambiar su vida, le calentaba la sangre.
Además, él odiaba a los slytherins, y sus sentimientos extraños por la pelirroja no iba a hacer que cambiara su opinión sobre ellos.—Es mi padre ¿no? —el suspiro de Abigail lo sacó de sus pensamientos.
—¿Qué? —la miró con desconcierto temiendo lo peor.
¿Era posible que ella lo supiera y no se lo hubiera dicho? De pronto, la indiferencia se transformó en enojo. ¡Claro que podía ser posible! Era una serpiente, una Black.
—Estamos hablando de mi padre, Potter, los hijos de personas importantes han oído rumores sobre que Sirius traicionó a los Potter hace mucho tiempo y, claro, me lo hicieron saber —se cruzó de brazos evitando su mirada.
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𝐈𝐋𝐋𝐈𝐂𝐈𝐓 𝐀𝐅𝐅𝐀𝐈𝐑𝐒 | Harry Potter
أدب الهواةAsegurarse de que nadie los vea salir. Una capucha sobre su cabeza manteniendo los ojos bajos. Diciéndole a sus amigos que han salido a correr, porque están sonrojados cuando regresan. Tomando el camino menos transitado se dicen a si mismos que en c...