•→Después de la Guerra ←• -||- (Third Reich × URSS)

•°•°• Capítulo 10 °•°•

Allí estaban, la URSS y el Americano enfrentados en la misma mesa, mirándose uno con odio intenso y otro con un orgullo indescifrable.

– Y bien? Por qué tienes las cosas de His  Alemán… ¿Acaso te gustaba tanto como para no guardarle reencor?~ ¡¡Y luego yo soy la aberración homosexual!! Hahahaha – Reía obviamente falsedad, ya que no soportaba que lo haya tratado de esa forma durante la guerra como para luego aquel soviético  salir con esas “aberraciones”

–Mira USA…. Eso que llamas alemán era amigo mío…y más que amigo era casi un hermano.. ¡Y no te acepto que me llames aberración! No soy un maldito enfermo como tú!...– Estaba enojado, la altanería de ese muchachito desbordaba por montones. – Traje ese cuadro y lo volví a pintar encima para que se mantuviera intacto…¿Puedes decirme lo que viniste a hacer e irte? Mis hijos están dormidos aún–


El americano no era estúpido, sabía que el ruso lo escondía, sabía perfectamente que no estaban solo los niños. Suspiró y se levantó de la mesa, caminó un poco a la salida del comedor y con una sonrisa le hizo una seña para que lo siguiera

El soviético Hizo caso a aquel sin rechistar para no verse tan obvio, solo rogaba que su amado estuviera bien escondido

Ambos Countrys subieron hasta el segundo piso, allí caminaron por los pasillos. El estadounidense por cada puerta abría para verificar, obviamente sin hacer ruido.

Había llegado el turno de la habitación del heredero, quién se supone dormía solo. El americano entró y  se acercó a la única cama que había, allí sonrió leve como si de un padre se tratara…ese lindo ruso pequeño…dormía plácidamente, descansaba con total normalidad. Acercó su mano a la mejilla del menor y la acarició con dulzura, luego carraspeó y con formalidad salió de allí cerrando la puerta.

El alemán menor salió de entre las sábanas de la cama del ruso para respirar agitado, el ruso menor sonrió y le mostró un rostro de que podía estar calmado, lo había ayudado y estaba Feliz.

Mientras tanto el ruso mayor conjunto con América estaban en su habitación, revisando que no hubiese nadie.

– So…parece que no mientes..– se acercó al ruso coquetamente y lo abrazo por el cuello mirándolo fijo, esperando que ocurriera algo, más no pasó…solo un soviético incómodo y un americano decidido

Mientras tanto allí estaba el alemán, escondido en un clóset viejo de esa habitación, con ganas de cortarle las manos a ese estúpido muchacho, pero se contuvo…su soviético sabría si volvería a cometer ese mismo error otra vez.

– Bien parece que es verdad que estás solo con tus hijos… Tenemos que hablar sobre el hijo de Third Reich..– dijo con un rostro enojado y alejándose de ese estúpido, así le decía.