RECUERDOS

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Recordé otra vez que las letras existen, decide que contarle a mi teclado y a los textos es necesario, y es la única salida para mantener mi mente en paz un momento.

Aquí vamos...

Recuerdo que estaba en clase de física, había respondido todo bien.

—Akira— dijo la profesora. —Otra vez, llevaba cinco puntos positivos.

Estaba feliz, alegre, sentí como mi sonrisa crecía naturalmente, pero vamos en  mi vida no había saboreado la victoria y ya me habían bajado de la nube.

—¿Por qué te llama?— pregunto mi papa.

—Llevo todos los puntos positivos, he respondido todo yo— Estaba feliz. —Es física— Respondí más feliz .

—Tranquila hija, yo cuando iba a  la escuela me iba muy bien...— Y deje de prestarle atención. Aquí vamos otra vez, después de echarse piropos a el mismo, "porque su hija heredo alguno suyo".

—(...)Es fácil, yo cuando iba en la escuela tenía la mejor nota.

Se fue, mientras dijo eso, la profesora había colocado otro punto, fue el único que no respondí.

Aquí la verdad a aquellos que me preguntaron por qué no respondí ese problema.

A mis amigos les mentí diciendo que era porque no era justo que hiciera todo, que alguien más debería ganar el punto. De tanto decirla me la creí, y esto es uno de mis tantos "recuerdos hermosos" con mi familia, se podría decir que este fue el más reciente pero estaría mintiendo.

Entonces sigamos.

Este fue otro:

Estaba otra vez feliz, vamos es simple, mi vida está llena de justificaciones, nunca nada es hecho por mi, todas mis "victorias" son porque alguien me ayudo o por suerte en pocas palabras no lo merezco, he escudo tanto estas palabras que ahora yo misma me las repito una y otra vez.

Cuando gane mi último botón de excelencia fui a recibirlo, fue en quinto. Me llamaron fui y me tomaron una foto, recibí felicitaciones por todos exceptuando a mi mamá.

—¿Por qué subiste tu?

—Mami, me lo colocaban a mí, llamaban a cada uno y le tomaban la foto y ya.

—Pero cuando tu no venías lo reclamaba yo y me lo colocaban a mi.

Este era mi tercer botón de excelencia, mi mamá había reclamado los otros dos y cuando me llamaban como yo no estaba se lo daban a ella y le daban las felicitaciones a ella.

Ese día por un momento me pregunte por que estaba ahí y por qué tenía ese botón en mi pecho, recuerdo que trate de engañarme a mí misma diciendo que no lo merecía y que eso no debería ser mío, pero cuando estaba tratando de engañarme  mi mente me felicito y recordé todas las tardes dedicas a estudiar, en como participa en clase, hasta  me habían colocado tutora de compañeros, que ni siquiera la profesora soportaba, esa y muchas cosas más. Esta vez escuche desde el fondo de mi mente, "te lo mereces felicitaciones"

Esa fue la primera vez que escuche a  mi mente hablar, esa es la verdad de por qué me encierro en mi mente, no le temo a la realidad.

En realidad todo comenzó por no querer dañar a los demás y al hacer eso me mentí y me miento a mí misma, cambie tantos recuerdos de mi niñez para poder ser feliz que hoy en día  no logro diferenciar que fue real o que recuerdos cambie para no dañarme y por eso me siento tan vacía, todo lo hice por ellos y aun así ellos no fueron capaz de hacer nada por mi, lo di todo y no recibí nada.

UN TRAGO DE MI REALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora