7°. Fugándose

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Era de noche, Akane viajaba de retorno a casa, hacía mucho tiempo que se había escapado. No sabía cómo la recibirían, le atemorizaba el reencuentro con su familia. Pegada a ella iba su prometido, la encontró pocas horas después que la chica se fugase y huyeron juntos. Hacía frio en ese vagón. No podía dormir, le intranquilizaba el retorno, el pasado, lo que volvería a encontrar en Nerima. El chico abrió los ojos y la miró y se volvió a dormir, ella supo lo que le quería decir él. Se sintió de golpe tranquila, sabía que no le pasaría nada, su prometido no dejaría que nadie la dañase. Cerró los ojos y se sumió en el sueño, quedaban horas para llegar a su destino.

Un tiempo antes.

La joven entró en la casa. Su prometido estaba hojeando una revista. El joven tenía en mente hacer una escapada a la montaña, los últimos días habían sido muy agobiantes y necesitaba rebajar la tensión acumulada.

La chica miró a su familia y sonrió.

- ¡Ya estoy en casa! - dijo la joven y subió a cambiarse a su habitación. Sólo dos personas notaron que algo le había pasado a la chica. Una su hermana mayor. El otro su prometido, que lo supo nada más verla.

En la habitación, Akane en ropa íntima se palpó la espalda, tenía heridas nuevas. Una de ellas muy profunda, le dolía. No podía ocultar mucho tiempo que esas tres la atacaban cada día. Tarde o temprano se sabría.

Se puso una camisa y una falda y bajó a la cocina. Sabía que Nabiki había quedado con unas amigas. Su padre y los de su prometido fueron a ver unos viejos amigos. Y su prometido estaría haciendo el vago por ahí. En resumen, no habría ningún problema de que su hermana lo supiera, ella mantendría el secreto.

Entró en la cocina y miró a su hermana, sentía que se venía abajo.

-Kasumi… yo… te quería pedir… un favor.

- ¿Qué te ha pasado? Te ha pasado algo ahí fuera. Y no es la primera vez. Llevas así desde hace dos semanas.

Akane se abrazó a su hermana llorando.

- ¡Es terrible!, hermana. Cada día Kasumi, ¡cada día! - exclamó Akane.

- ¿Qué te pasa cada día? - preguntó Kasumi.

-Me atacan…- la chica hipaba, las lágrimas le caían por el rostro, - esas tres me atacan cada día. Y cada vez es más fuerte que el anterior. Me han dicho que mañana…- se interrumpió.

- ¿Qué pasará mañana? -dijo Kasumi asustada.

-Me han dicho que mañana será el último día… por qué mañana, me arrancaran la cabeza, y vendrán a buscar a Ranma, para que elija a una de ellas, ya que lo habrán librado de mí.

Kasumi se asustó, Akane llevaba recibiendo ataques de las presuntas prometidas de Ranma desde poco después de la boda fallida, la querían matar para quedarse con el chico. Su hermana lo había ocultado a la familia. Pero ya no podía seguir ocultando durante mucho tiempo. Temía la reacción de Ranma cuando lo supiera.

Ninguna de las dos hermanas sabía que alguien las estaba espiado.

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Las dos chicas estaban en el dojo. Sentadas en el suelo. Akane sin camisa y su hermana curándole las heridas de la espalda.

Cuando AnochezcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora